Tras 86 años de carrera, el trabajador más viejo de Gran Bretaña afirma que no tiene planes de jubilarse.
Bill Parton, de 96 años, sigue trabajando cinco días a la semana en el aserradero que fundó hace 42 años.
El bisabuelo, que dejó la escuela sin saber leer ni escribir, empezó como aprendiz de fontanero en 1942, a los 14 años, durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante y después de la guerra, el Sr. Parton ayudó a convertir los aeródromos en alojamientos temporales para las tropas y los ciudadanos desplazados que regresaban a casa.
«Después de la guerra, trabajé en los aeródromos de los campos de aviación», dijo. «Ponía baños y lavabos en los edificios para que la gente viviera».
Para él era un poco deprimente ver a la gente salir de los campos de prisioneros. Después se hizo ingeniero.
En 1982 fundó Hales Sawmill con su esposa, Joan Parton, a quien atribuye el éxito del negocio.
«Ella era la verdadera jefa», dijo. «Tenía el ingenio, siempre sabía lo que estábamos haciendo.
«Nos forjó un gran nombre. Es fácil conseguir un mal nombre, es difícil conseguir uno bueno y mantenerlo durante todos estos años».
Cuando empezaron, sólo había dos empleados, pero ahora hay más de 60 trabajando en dos centros.
El sr. Parton, que acaba de cumplir 96 años, trabaja principalmente en la oficina, pero no le resulta extraño ensuciarse las manos y reparar herramientas en la fábrica cuando es necesario.
El sr. Parton nos cuenta cómo es su día a día: suele entrar a trabajar a las 9 de la mañana y no termina hasta las 5 de la tarde.
«Puedo saber si algo va mal en una máquina incluso por un chirrido: lo oigo por encima de todo el ruido», dice —»Puedo ver todo lo que ocurre».
Sigue trabajando cinco días a la semana —sólo dejó de hacerlo el sexto día hace 12 meses— y nunca ha faltado una semana al trabajo en toda su vida.
«No he parado desde 1942, no he faltado ni una semana al trabajo en toda mi vida», afirma. «Aunque tuve una operación de cadera que me tuvo parado un par de días».
El nonagenario dice que no hay ningún secreto detrás de su larga carrera, más allá de tener una buena ética de trabajo y querer hacer algo para mantener su mente «activa».
Además de ser el trabajador más viejo de Gran Bretaña, el sr. Parton dice que es uno de los jefes más viejos del país y está orgulloso de la empresa que construyó desde cero.
Después de trabajar durante ocho décadas, el bisabuelo no tiene planes de bajar el ritmo y ha jurado seguir trabajando hasta que muera.
«No puedes quedarte sentado, tienes que seguir adelante. Hay que mantener la mente en movimiento. El truco está en no parar. Seguir trabajando», afirmó. «Antes yo era el jefe —ahora soy el que se encarga de todo: hay que dejar que los niños se diviertan».
En la actualidad, tres de sus nietos están al frente de Hales Sawmill, en Market Drayton (Shropshire), pero eso no ha impedido que el venerable empresario siga echando una mano a la empresa que fundó en 1982.
Admite que su hijo y sus nietos la dirigen con bastante eficacia.
«Es maravilloso ver cómo pasa a la tercera generación.
Vea el vídeo:
(Crédito Video: Newaflare)
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