Cuando una azafata conoció por fin a su alma gemela, un ingeniero nuclear, tras años de espera, el resultado fue explosivo.
Para Tatiana Wallace, de 36 años, los constantes viajes por el mundo que conlleva su trabajo suponen un reto para las relaciones. ¿La solución? Hizo las maletas y se llevó a su ahora marido, Travis Brent Wallace, de 40 años.
«Quería llevarlo a todas partes siempre que pudiera», cuenta Tatiana a The Epoch Times. «Al final de nuestro primer año, habíamos viajado juntos a nueve países y seis estados».
Ahora, a la pareja y a sus dos hijos pequeños les encanta viajar juntos por todo el mundo. «Nuestro matrimonio ha tenido algunos de los mejores y más increíbles viajes que se puedan imaginar, pero lo más memorable tiene que ser la creación de esta hermosa familia que tenemos», dijo ella. «Poder viajar juntos y mostrar a los chicos lo que ofrece este hermoso mundo ha sido increíble».
Tatiana había renunciado al amor antes de conocer a Travis en febrero de 2016 a través de una aplicación de citas. Ambos vivían entonces en Carolina del Norte y, en su primera cita para cenar, congeniaron de inmediato. Una de las principales razones fue su comprensión de la vida laboral poco convencional del otro.
«Ser azafata de vuelo significa tener unos horarios locos y estar fuera varios días», dice Tatiana. «A muchos hombres no les gustaba eso y querían que tuviera un horario normal de nueve a cinco. La relación de Travis y la mía floreció porque sentí que ambos teníamos los mismos problemas con las relaciones».
Ser azafata de vuelo tiene sus ventajas, y sus situaciones mutuas resultaron funcionar de alguna manera. Como el trabajo de Travis significaba que estaba destinado a trabajar en centrales nucleares durante tres meses seguidos, Tatiana podía simplemente subirse a un avión y visitarlo.
«Su trabajo no me molestaba, y él veía mi trabajo como una ventaja para poder vernos aunque él estuviera fuera», añadió.
Travis le propuso matrimonio a Tatiana en una góndola en Italia en julio de 2016. Se casaron oficialmente un año después del primer encuentro, en marzo de 2017, y tuvieron una celebración de boda al año siguiente, 2018. Ahora, con dos niños sanos y hermosos —Zander, de 4 años, y Axel, de 2— su historia de éxito ha demostrado que los pesimistas se equivocan.
Tatiana compartió que algunas personas le preguntan cuándo conseguirá otro trabajo para poder quedarse en casa, pero su trabajo encaja bien con la vida familiar, y nunca fue su intención dejar de hacer el trabajo que ama. Con Travis ganando un buen sueldo y teniendo a los niños, Tatiana ha reducido sus días de trabajo a unos 8 o 10 al mes.
«Al estar fuera, tengo a mi madre que nos ayuda y a mi marido cuando está en casa para cuidar a nuestros hijos. La vida es muy manejable con la flexibilidad de un horario de azafata», dice.
«Mi marido sabía que no quería dejar mi trabajo y me dijo que nunca me lo pediría porque sabe que me encanta. Al final, las únicas opiniones que importan son las nuestras».
Tener a los niños ha reducido su estilo de vida aventurero, pero no del todo. Tatiana dice que tuvieron que aprender a viajar con sus hijos, y que han «bajado un poco el ritmo».
«Seguimos intentando hacer tres o cuatro países nuevos al año y también viajamos por Estados Unidos, pero como ocurre con todos los padres, siempre hay retos al pasar de un estilo de vida sin hijos a la paternidad», dice.
La familia se mudó a Nueva Jersey en 2021, y Travis y Tatiana agradecen a su suerte haberse conocido. «Es muy cliché, pero él es mi mejor amigo», dijo ella. «Ambos siempre quisimos tener hijos, pero al conocernos a los 31 y 34 años, pensamos que tal vez los niños no estaban en nuestras cartas».
«Hemos estado en unos 16 países y 14 estados. Con los niños y COVID los dos últimos años, hemos bajado un poco el ritmo, pero ahora que nuestros hijos son un poco más mayores, y COVID por fin se ha asentado, ya tenemos unos 3 países previstos para este año».
Para animar a los que, como ella en un momento dado, se sienten obligados a renunciar al amor y a las relaciones, afirma que la comunicación es la clave para mantener una buena relación.
«La distancia no es lo que hace que una relación se desmorone. Ser capaz de comunicarse lo es todo», dijo. «Mi marido y yo siempre hemos hablado de cualquier problema debido a nuestras profesiones y a que a veces estamos lejos. Creo que eso es lo que realmente hace que nuestro matrimonio funcione tan bien como lo hace».
«No importa la edad que tengas, puedes encontrar el amor. No importa lo complicada que sea la vida, solo hay que abrirse y dejar que el amor entre».
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