En muchos países asiáticos, debido a la pobreza o a la falta de educación, muchos bebés, especialmente aquellos con discapacidades físicas o mentales, son dejados en instalaciones patrocinadas por el gobierno, como las «escotillas para bebés» en China, para que se conviertan en pupilos del estado o de organizaciones benéficas.
Las Tierras Altas de Vietnam, donde siguen siendo muy pobres a pesar del fuerte crecimiento económico que el país en su conjunto ha obtenido en los últimos años, han experimentado recientemente un increíble caso de abandono de una bebé en un huerto. La bebé fue encontrada en una bolsa de plástico atada a un árbol de café en la provincia de Lam Dong, el corazón del cinturón cafetero que hace de Vietnam el segundo productor de café más grande del mundo.
Según Straits Times, se estima que la bebé pasó varios días sola sin ningún cuidado. Ella estaba en condiciones terribles, habiendo sido expuesta al sol y picada por mosquitos, y lo peor de todo, los gusanos le habían infestado una herida en la cabeza. Su pronóstico era sombrío: los médicos creían que si vivía, nunca llegaría a vivir más de un año.
Fue entonces cuando el ángel de la guarda de la bebé intervino. Su nombre de pila es Trieu Thi Thien Kim, pero como abadesa de la Pagoda Hue Quang cerca de donde se encontró a la bebé, su nombre religioso es Venerable Minh Tai. Ella ha llevado a más de 100 huérfanos a su pagoda a lo largo de los años y ha ayudado a encontrar familias de acogida para ellos.
Ella y sus monjas tienen actualmente a 10 huérfanos a su cargo. Al enterarse del caso, adoptó a la bebé y procedió a recaudar 25.000 dólares para atención médica, pidiendo ayuda a los usuarios de Facebook y a los templos budistas de todo Vietnam. Decidió llamar a la niña Hoai An, que significa paz perpetua en vietnamita.
Después de recaudar los fondos necesarios, Minh Tai llevó a la bebé a uno de los mejores hospitales privados de Asia, el Hospital Mount Elizabeth de Singapur. Allí, los médicos han hecho todo lo posible para darle a Hoai An la oportunidad que se merece en la vida.
Los desafíos a los que se enfrentan son numerosos: además de todas las lesiones que sufrió después del abandono, los médicos pudieron determinar que Hoai An nació prematuramente. Sufre de hidrocefalia, con niveles peligrosos de líquido que se acumulan en su cerebro.
A medida que han pasado las semanas, la abadesa y madre adoptiva ha estado con ella en cada paso del camino. Ha lanzado una nueva campaña de recaudación de fondos para cubrir los costos adicionales del tratamiento. El Dr. Tang Kok Kee, el neurocirujano del hospital que ha dirigido el equipo que ha estado tratando a Hoai An, dijo a Straits Times: «No la descartaría en este momento; eso estaría mal. Hay una posibilidad de que su condición mejore». Sin embargo, los médicos todavía están esperando para averiguar qué parte del cerebro del bebé ha sido afectada.
Mientras tanto, la Venerable Minh Tai no se rinde a su cargo. «Duerme mejor, llora más fuerte y tiene más apetito. También ha ganado unos 700 gramos de peso y sus reacciones han mejorado». Mientras la bebé tenga una oportunidad, ella estará allí, dijo al Straits Times. «No nos rendiremos con Hoai An. Con el apoyo de los donantes, tengo fe en que su enfermedad puede curarse».
Recientemente, Minh Tai y sus monjas celebraron el primer mes de vida de Hoai An, una ceremonia tradicional en Vietnam, agradeciendo a Buda por responder a sus oraciones. Minh Tai le ha dado a la bebé un apodo que representa su increíble lucha por sobrevivir. Hoa Sen Da es el nombre de las abadesas en Vietnam, porque como dijo Minh Tai: «Aunque casi toda la planta haya desaparecido, si queda una hoja, puede volver a crecer».
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