La pareja quedó devastada al enterarse que uno de sus gemelos había muerto prematuramente, pero insistieron en sostenerlo y pasar tiempo a solas con el niño que había fallecido. Para su sorpresa y deleite, ocurrió un milagro, el pequeño bebé abrió los ojos.
Kate y David Ogg eran padres primerizos de sus gemelos que esperaron con muchas ansias. Cuando Kate comenzó a dar luz a las 26 semanas, fue alarmante. Ambos estaban ansiosos y preocupados por el nacimiento prematuro de los bebés y por su bienestar.
Los dos gemelos, un niño y una niña, nacieron a dos minutos el uno del otro el 25 de marzo de 2010. La niña estaba bien, pero el niño dejó de respirar y fue declarado muerto por los doctores.
Con el corazón roto y sin creer realmente en el destino que le habían dado a su pequeño bebé, los padres pidieron que los dejaran solos por un tiempo, sosteniendo al bebé y pasando con él, el mayor tiempo que podían.
La madre le pidió al padre que se quitara la camisa y se subiera en la cama con ella para abrazarlo, estando el bebé sobre el pecho de su madre.
Entonces ocurrió un milagro.
El 25 de marzo de 2010, Jamie nació primero y luego su hermana Emily.
“Ambos nacieron en su saco, pero Jamie no hizo sonido alguno cuando nació, pero Emily lloró bastante”, comentó Dave a Daily Mail en Australia, en 2015. “Miramos y todo el mundo estaba congregado alrededor de Jamie, había como 20 personas en el cuarto. La energía no era muy buena. “Dejó de respirar y su pulso casi se había ido. Luego de 20 minutos dejaron de trabajar en él”. El doctor finalmente se sentó en una esquina de la cama del hospital de Kate y le preguntó a la pareja si ya tenían un nombre para su pequeño niño. Luego compartió las devastadoras noticias, Jamie ya no estaba más. Kate no podía creerlo.
“Lo vi ahogarse, pero el doctor dijo que no valía la pena. Cuando recibí a Jamie del doctor, le pedí a todos que se fueran. Él estaba frío y yo solo quería darle calor”, explicó.
“Habíamos intentado por años tener niños y me sentía tan culpable. Solo quería abrazarlo. Le quité las sábanas y le pedí a mi esposo que se quitara la camisa y se montara en la cama. Sé que suena estúpido, pero si estaba tratando de respirar, todavía había señales de vida así que no me iba a dar por vencida fácilmente”, recordó la madre. “Estábamos tratando de atraerlo a que se quedara. Le explicamos su nombre y que tenía un gemelo que tenía que cuidar y que habíamos intentado mucho para poder tenerlo”, remarcó. Entonces el bebé se movió e intentó respirar. “De repente trató de respirar y abrió sus ojos». «Estaba respirando y sosteniendo el dedo de Dave”, exclamó
Rápidamente llamó al personal del hospital, que comenzó a cuidarlo de nuevo y trabajaron para resucitar rápidamente al bebé.
La madre se aterra al pensar…
“Si hubiéramos dejado que el doctor saliera del cuarto con él, habría fallecido”.
Esto es lo que los expertos dicen: Inmediatamente después del nacimiento, el contacto de piel a piel es una forma simple de aclimatar a un recién nacido al mundo. UNICEF le aconseja a las madres que sostengan a su bebé teniendo contacto piel a piel para ayudarles a “adaptarse a su nuevo ambiente”. Hay mucha evidencia que los bebés que son sostenidos con contacto de piel a piel se estresan menos luego del nacimiento.
UNICEF dice: “Sabemos que los bebés que han tenido una hora de contacto con la piel de la mamá están mucho menos estresados luego de la experiencia de nacer, esto significa que su respiración y latidos del corazón son más estables, lloran menos y cuando comienzan a alimentarse, digieren mejor su comida”. “El área del pecho de una madre es significativamente más cálida que otras partes de su cuerpo, lista para recibir al nuevo bebé y prevenir que se enfríe, que es un riesgo significativo”, expresó. “Su bebé ha estado cálido en su útero, mientras que el cuarto de operaciones estará mucho más frío y él está mojado», continúo. «Es como salir del agua desùés de nadar, necesitas secarte y volverte cálido rápidamente”, relató.
Mientras tanto Caroline Davey, jefe de la caridad de bebés prematuros, Bliss, también cree que es una “parte esencial del cuidado centrado en la familia y debería ser parte del cuidado que todos los bebés reciben”. Caroline destacó también: “La evidencia muestra que puede ayudar a regular los latidos del corazón del bebé, reducir sus niveles de estrés y tener un rol importante en mejorar los resultados de nacimientos prematuros en los bebés”.
Al cumplir cinco años, Jamie y Emily pudieron entender la milagrosa historia que sus padres les contaron.
Jamie Ogg es ahora un niño feliz y saludable. “Emily lloró, estaba muy triste y abrazó mucho a Jamie”, recordó Kate. “Les encanta hablar sobre cuando eran bebés», agregó. «Tienen un hermano menor Charlie, que le encanta contarselo a todo el mundo, él dice: ‘Cuando nací era gordito y los gemelos eran flaquitos'». «Jamie murió pero ahora está vivo», señala.
Emily y Jamie ahora son inseparables. Cuando Emily escuchó sobre la milagrosa historia de supervivencia de su hermano, lloró.
Es sorprendente como Jamie no tuviera problemas médicos en estos años.
“Está totalmente bien, la mayor preocupación que tenían era que sufriera parálisis cerebral por la falta de oxígeno, pero no le pasó nada”, manifestó Kate.
“Es sorprendente. Toda esta experiencia hace que uno los valore más”, aseguró.
La familia Ogg ha establecido una comunidad en Internet llamada “El regalo de Jamie”, para frecuentemente reunir fondos para la Fundación Bebés Milagrosos, una organización para ayudar a los bebés prematuros y enfermos.
Dave se encuentra entrenando para el triatlón de Ironman en Port Macquarie en mayo para recaudar fondos.
“Expondrá su cuerpo a nadar por 3.8 kilómetros, luego pedaleará una bicicleta por 180 kilómetros y una maratón”, informó Kate.
Kate dice que la pareja aprecia cada día que tienen con sus tres hijos.
Son muy delicados con sus hijos considerando todo por lo que han pasado para formar esta hermosa familia.
Mira este hermoso video que muestra la milagrosa historia:
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