Bebé que nace más pequeña que la mano de su padre y 10% de probabilidad de sobrevivir se va a casa

Por The Epoch Times
18 de septiembre de 2020 2:50 PM Actualizado: 18 de septiembre de 2020 3:04 PM

Una bebé prematura que nació a las 25 semanas y un día de gestación tenía solo un 10 por ciento de probabilidades de sobrevivir. Sin embargo, ha superado las dificultades y dejó atónitos a los médicos al regresar a casa.

Mirren Cook, de Dunfermline, una ciudad de Escocia, nació el 10 de mayo de 2020, por una cesárea de emergencia en el Royal Infirmary de Edimburgo, con un peso de 1.02 libras (aprox. 463 g). Según el padre de Mirren, Kevin, de 30 años, la niña era más pequeña que el tamaño de su mano.

(Caters News)

Katie es la madre de Mirren, y su embarazo era normal hasta que se despertó a las 25 semanas y se dio cuenta de que no sentía a su bebé moverse.

Al reconocer los síntomas que su hermana había experimentado con la preeclampsia, Katie, de 28 años, en sus primeros años comouna policía, fue directamente al hospital para una revisión.

Los médicos encontraron altos niveles de proteína en su orina y le diagnosticaron preeclampsia —una enfermedad potencialmente mortal que hace que la presión arterial aumente y puede generar convulsiones que causan enfermedades graves a la madre y al bebé.

Katie dijo: «Me dijeron que era muy poco común contraer preeclampsia antes de las 30 semanas, pero tuve síntomas previamente como dolores de cabeza y aumento de la presión arterial».

Kevin dijo: «No me dejaban entrar todo el tiempo, esperé en el estacionamiento durante cinco horas cuando recibí una llamada de Katie diciendo que debía ir a casa».

Tan solo 10 minutos después de regresar a casa Kevin recibió otra llamada del hospital diciendo que Katie tenía programada una cesárea de emergencia a las 3 p.m. del día siguiente.

Al otro día la pequeña Mirren nació pesando menos de media bolsa de azúcar. «Era muy pequeña, mi mano era más grande que ella y su piel era muy transparente», recordó Kevin.

El médico también mencionó que si hubieran esperado más tiempo, hubieran podido morir tanto la madre como la hija, debido a que el diagnóstico de preeclampsia indicó que las dos estaban en riesgo; sin embargo, afortunadamente lo lograron.

Después de nacer, Mirren fue trasladada a cuidados intensivos, y a sus padres no le permitieron sostenerla por un período de 10 días.

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Kevin dijo: «Fue difícil porque apenas nos nació tuvimos que alejar de ella».

Sin embargo, cuando finalmente pudieron abrazarla después de 10 días, la pareja quedó completamente enamorada. «Fue una sensación muy abrumadora poder abrazarla por primera vez», dijo Katie. «Pude haber llorado de la felicidad. Estuve esperando ese día durante mucho tiempo. De cierta forma sentí que no era mía hasta ese día».

En ese momento, comenzaron a hacer todas las cosas que cualquier padre haría, como cambiar pañales, leer sus historias y darle a su preciosa hija abrazos de canguro.

Los especialistas le enseñaron a Katie cómo hacer los «abrazos de canguro» con su pequeña hija, dado que el contacto piel a piel ayuda a aumentar el vínculo entre la madre y su hija, y ayuda a regular los latidos del corazón del bebé.

Katie dijo: «Fue un vínculo automático y mi instinto maternal intervino, los abrazos de canguro realmente hicieron la diferencia porque el contacto piel a piel es crucial para el vínculo y el desarrollo, a Mirren le encantó».

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Sin embargo, los siguientes cuatro meses después del nacimiento de Mirren fueron difíciles para los nuevos padres. La pequeña tuvo que someterse a cinco transfusiones de sangre. Su madre dijo, «[Ella] ha pasado por más cosas en el hospital de las que la mayoría pasa en toda su vida».

Añadió: «En 12 horas pasó de tener un 10 por ciento de probabilidad de sobrevivir a un 70 por ciento de probabilidad, simplemente seguía luchando».

Pero después de los abrazos diarios con Katie, Mirren fue aumentando su fuerza y finalmente estuvo suficientemente fuerte para regresar a casa en la primera semana de septiembre después de pasar 16 largas semanas en el hospital.

Al reunirse con sus padres en casa, Katie dijo que tanto ella como su marido están inmensamente agradecidos porque finalmente podían ser una familia juntos.

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«Casi parece que acabara de nacer, sé que lleva aquí tres meses, pero cuando recibimos la llamada para recogerla fue cuando se hizo evidente que éramos padres de una niña sana», dijo Katie.

La pareja ha compartido su historia para ayudar a futuras madres a reconocer los signos de preeclampsia y se realicen un chequeo si es necesario.

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«Estoy muy agradecida que hayamos ido a hacernos la revisión, realmente nos salvó», dijo Katie.

Además, Katie también expresó su gratitud al Servicio Nacional de Salud, y a todos los médicos y enfermeras que ayudaron a hacer posible que Mirren regresara a casa.

«Ahora pesa siete libras, cada día se está fortaleciendo y todos estamos tomándolo día por día», concluyó Katie.

(Caters News)

La Agencia Caters News contribuyó con esta historia.


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