Un bebé prematuro, que nació del tamaño de un rotulador Sharpie, superó el 10 por ciento de probabilidad de sobrevivir después del esfuerzo de su familia por mantenerlo con vida.
La mamá Amanda Green, de Bowmanville, Ontario, dio a luz a Jaxen el 5 de febrero con 23 semanas y un día. Amanda explicó a CTV News que «una semana después de la viabilidad», ella y su pareja pudieron firmar los papeles que permitían a los médicos reanimar a su bebé.
A Jaxen le dieron un 10 por ciento de probabilidad de sobrevivir. Los médicos le pronosticaron muchos problemas de salud en el futuro, si sobrevivía, pero sus padres dieron un paso de fe.
Amanda rompió aguas a las 21 semanas y dos días de gestación, cuatro meses antes de la fecha prevista de parto. Ingresó a un hospital de tratamiento de alto riesgo del centro de Toronto, donde dio a luz; Jaxen sobrevivió ocho días sin líquido amniótico a su alrededor, el primero de muchos milagros.
Cuando Jaxen nació era tan pequeño que sus padres podían deslizar un anillo sobre su pie.
«Nadie espera quedar embarazada y esperar que ocurra esto», reflexiona Amanda. «Recuerdo que estaba sentada allí, inclinada sobre una incubadora mientras me decían que sería un día a día, hora a hora; sentada y llorando llena de miedo». Sin embargo, a pesar de «tantas incógnitas», Amanda estaba decidida a luchar por su bebé.
Con apenas 3 días de vida, Jaxen fue trasladado al hospital SickKids de Toronto, donde le realizaron varias transfusiones de sangre y cirugías. En el momento de escribir este artículo, Jaxen está en el hospital, pero su transformación ha sido increíble: con 4 meses y medio, pesa 7.5 libras (aprox. 3.4 kg).
Amanda quedó deslumbrada al ver a su bebé desarrollarse ante sus ojos. Ahora toda su familia puede visitar a Jaxen para sostenerlo, alimentarlo y acariciarlo.
«Le hemos visto morir y volver a la vida», reflexionó Amanda, en su Instagram. «Su fuerza a través de cada desafío que se ha atravesado en su camino ha impresionado a todos los médicos y enfermeras que lo han cuidado».
«Nunca dejen que los médicos les digan que no hay posibilidad de sobrevivir para su bebé», dijo. «Luchen con ellos y luchen por él. Los milagros existen».
Mientras el camino de su familia continúa, Amanda ha estado recaudando fondos para la UCIN de SickKids; y ya ha vendido 500 osos de peluche, cuyo dinero se destina directamente al hospital. La orgullosa madre no sabe qué le depara el futuro, pero Jaxen ya ha demostrado que es un luchador.
Amanda comparte la historia de superación de su bebé para ayudar a otros.
«Creo que es importante inspirar y educar», explica, «empoderar a la gente que no cree que nada pueda pasar, porque nosotros sabemos que todo puede pasar».
La maternidad requiere muchos sacrificios, dijo Amanda. Pero Jaxen, su «pequeño guerrero», va a tener el mejor futuro posible.
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