Brasileño que solo comía mangos se convierte en exitoso abogado que ayuda a su comunidad

Por Celeste Armenta
01 de noviembre de 2021 5:21 PM Actualizado: 01 de noviembre de 2021 5:49 PM

Sobrepasando cada obstáculo que se presentó en su vida, un joven de Brasil tomó la adversidad como un reto y se considera a sí mismo la prueba de que el medio adverso en el que una persona crece, no necesariamente la marca de forma negativa. Después de pasar momentos familiares donde llegaron a solo comer mangos, debido a la falta de ingresos, hoy el joven es un activo abogado de su ciudad.

Eliel da Silva Maciel, de 29 años, es originario de Macapá, en el estado de Amapá, en Brasil, donde vive actualmente. La zona donde creció es característicamente húmeda, al punto de que las viviendas son palafitos, es decir, casas que se construyen sobre estacas de madera, generalmente dentro de un lago o un río. Justo la casa familiar de Maciel está entre dos ríos.

El barrio donde el joven abogado creció llegó a ser conocido por ser una zona con altos índices de delincuencia, debido en gran parte a la distribución de drogas. En medio de ese ambiente, Maciel se dio cuenta desde muy pequeño que muchas familias necesitaban ayuda legal, pero no siempre era posible pagar un abogado.

(Cortesía de Eliel da Silva Maciel)

Ahí nació el sueño del joven de convertirse en abogado, que luego se convertiría en una meta. No sería fácil. El padre, del que Maciel recuerda que era muy responsable, trabajaba regularmente como albañil y en una mototaxi, pero cuando el ingreso escaseaba en invierno, llegaba a ser un problema.

Lo que no escaseaba era el mango, y gracias a eso, la familia salía a tomarlos de los árboles, y se convertían en su comida principal.

«Solíamos comer mango con harina para la cena, mango para el almuerzo, mango para el café… hasta que mi padre nos proporcionó algo mejor para comer. Todos los inviernos ocurría esto», dijo Maciel en entrevista al medio local Seles Nafes.

«También cuando compraba pollo, cortaba y guardaba la piel, cuando se terminaba la carne de pollo, extraíamos el aceite de la piel, hacíamos farofa [patillo típico] y la comíamos. Satisfizo nuestra hambre. Tuvimos dificultades, pero estábamos unidos», agregó.

Gracias al apoyo de sus padres, Maciel logró estudiar y, en 2013, ingresó a la facultad de derecho con el apoyo del Fondo de Financiamiento Estudiantil, un programa de gobierno que financia a los estudiantes de educación superior con buen promedio, en Brasil.

(Cortesía de Eliel da Silva Maciel)

El joven compartió a The Epoch Times que, con mucha perseverancia, incluso caminado varias millas a diario para trasladarse entre su casa y la facultad, finalmente el joven realizó el examen en el Colegio de Abogados de Brasil, alcanzando así el sueño de la infancia.

«Pasé varios años caminando a la universidad. Pero, muchas veces mis colegas me llevaban. Con mucha dificultad logré graduarme, no me rendí, porque renunciar era una opción que no existía en mi cabeza», dijo Maciel.

Actualmente, Maciel ejerce su profesión desde su despacho, montado en un espacio del hogar donde creció junto a su familia. Además, tiene muy presente las necesidades de su comunidad, así que ahora, desde su profesión, apoya a las familias que no tienen manera de pagar un abogado.

«Hay personas que a veces necesitan una atención que el poder público no les da, y yo, conociendo el derecho, a veces hago ‘abogacía pro bono’, que significa que la persona no paga nada. Muchas veces la gente viene a mi casa, que está en el puente. Los propios vecinos acuden a veces a mí en busca de orientación y apoyo. Lo hago con mucho gusto», dijo a Seles Nafes.

Maciel recuerda con cariño su primer caso como abogado, y lo compartió a The Epoch Times. Con mucha atención, escuchó a una abuelita de 60 años que buscaba recuperar unos terrenos que le invadieron. Preparó el caso con todos los documentos y al final ganó el caso, ¡su primer éxito profesional!

(Cortesía de Eliel da Silva Maciel)

«El crimen donde vivo no me impidió seguir mi sueño. Si la gente tiene la voluntad de ganar, gana, con el apoyo de Dios. Quiero motivar a las personas […], que están en las mismas condiciones que yo y que además sueñan, no se dejen abatir, estudien y trabajen, es el mejor camino», dijo a Seles Nafes.

«Soy la prueba viviente de que es posible tener éxito viviendo en malos lugares y con muchas adversidades. Puede motivar a muchas personas», reflexionó el joven, y lo compartió a The Epoch Times.

Maciel junto a su pequeño de tres años. (Cortesía de Eliel da Silva Maciel)

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