Carmelitas descalzas deciden permanecer en Ucrania para apoyar a su gente a pesar de la invasión

Por Celeste Armenta
25 de febrero de 2022 6:48 PM Actualizado: 25 de febrero de 2022 6:48 PM

Luego que el pasado jueves Rusia invadiera Ucrania, miles de personas salieron huyendo para pedir refugio en los países vecinos, mientras que algunos se arriesgaron a quedarse. Entre ellos está la congregación de las carmelitas de Ucrania, quienes dijeron que no dejarán su monasterio.

Aunque la invasión de Rusia a Ucrania inició en la madrugada del jueves pasado, y la integridad de sus habitantes es altamente preocupante, la congregación de las carmelitas de Ucrania, ubicadas en Kiev y Charkiv decidió que no abandonaría a los ucranianos.

En un Twitter publicado ayer por la Curia General de los Carmelitas Descalzos, se lee: «Las Monjas Carmelitas de Kharkov y Kiev, ante la guerra, han decidido permanecer en sus monasterios. Oremos oremos por nuestras hermanas en Kiev y Charkiv, por los hermanos en Kiev y Berdychiv y por todo el pueblo de Ucrania».

Apenas poco más de 30 años atrás, en 1991, las carmelitas se reinstalaron en el santuario fundado por el gobernante Yanush Tyshkevych, en 1630, dedicado a la Virgen María. Tan solo habían pasado dos años de la caída del muro de Berlín y desde entonces el lugar ―que funcionó como centro cultural y llegó a tener una biblioteca y escuela― pasó por múltiples cambios, de acuerdo a Berdichev.

La iglesia católica de la Inmaculada Concepción de la Virgen María (flickr/CC BY 2.0)

Uno de esos cambios se dio para las carmelitas en 1926, cuando el Santuario, conformado por dos iglesias, pasó a manos del estado, y más tarde a las autoridades soviéticas, que convirtieron la iglesia superior en un museo de religión y ateísmo, y la iglesia inferior quedó como una sala de cine.

En la década de los 90, una vez que las carmelitas se reinstalaron en el Santuario de Kiev, se sumaron a la reconstrucción espiritual de la sociedad ucraniana, severamente golpeada por las políticas comunistas rusas.

Ya que aquellas otras ocasiones las monjas no tuvieron opción de elegir si quedarse o irse estando en tiempos hostiles, esta vez aún a costa de la incertidumbre, decidieron que no abandonarían al pueblo ucraniano.

Ayer el pueblo de Ucrania se despertó con el sonido de explosiones en la capital, poco después que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciara una “operación militar especial” en Ucrania el jueves temprano, hora local.

Una monja reza el 27 de junio de 2001 mientras el Papa Juan Pablo II bendice a la multitud en el hipódromo de la ciudad ucraniana occidental de Lviv. El pontífice continuó su misión de paz y reconciliación en este bastión católico en el último día de su visita de Estado de cinco días al país. (Oleg Nikishin/Getty Images)

Natalie Telesheva, una artista digital que vive en Kharkiv, aproximadamente a 299 millas de Kiev, le dijo a The Epoch Times que su madre la despertó temprano el jueves por la mañana al escuchar el sonido de las explosiones que azotaban la ciudad.

“Estaba durmiendo y mi madre entró corriendo a mi habitación y dijo que había oído explosiones y gritó que se acercaba la guerra y que teníamos que irnos”, dijo Telesheva.

Pero, al igual que las monjas de la congregación de las carmelitas descalzas, que no desean marcharse, Telesheva expresó: “Pero no quiero irme porque este es mi hogar y no quiero tener miedo, el enemigo debería tener miedo”.


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