Desastres donde la actividad humana es la causa principal ocurren muy a menudo en los últimos tiempos. Es el caso de un pueblo de Reino Unido que vivió una de las peores catástrofes mineras del siglo XX, acompañada de un hecho misterioso que deja más preguntas que respuestas.
Este 21 octubre se cumplirán 53 años de la famosa tragedia de Aberfan, en Gales, Reino Unido. Con un siglo de vida hasta 1966, el pueblo tenía como una de sus actividades principales la minería. Aunque la industria del carbón ya estaba en decadencia y se abría paso la del petroleo, este pueblo aún mantenía su producción y era parte de la vida doméstica, como aquella mañana en que los niños salieron del calor de su hogar para ir a la escuela.
Ninguna madre se imaginó que aquel día, que además era el último previo a las vacaciones escolares, ocurriría uno de los más grandes desastres mineros en Reino Unido. A la 9:15 de la mañana una avalancha de residuos de carbón, agua y rocas arrasó con 18 casas y sepultó la escuela primaria Pant Glas, 116 niños y 28 adultos perecieron.
Días antes de la tragedia, varias personas y niños, tanto de Aberfan como de Reino Unido en general, habían reportado experimentar sueños donde podían ver escenas del accidente en el pueblo antes de que pasara. Pero este raro fenómeno no habría tenido mayor evidencia científica de no ser por el médico y psiquiatra John Barker, del Hospital Shelton, que en ese momento se trasladó al pueblo.
En cuestión de horas llegaron a Aberfan medios de varias partes del mundo para reportar la tragedia, incluido el fotógrafo Chuck Rapoport que documentó lo sucedido en días posteriores. En ese momento aún se mantenían los trabajos de rescate, pues el llanto de los pequeños todavía se podían escuchar.
«El espíritu de la gente allí ese día fue increíble», dijo Haggett, un bombero que trabajó ese día, según reportó BBC.
Pero para el psiquiatra la historia sería desgarradora:
«La experiencia me enfermó», escribió John,»Padres que habían perdido a sus hijos, estaban parados en la calle, aturdidos y sin esperanza, y muchos seguían llorando», agregó, según informó The New Yorker.
El psiquiatra era parte de la Sociedad Británica de Investigación Psíquica, fundada en 1882 que investigaba lo paranormal. Y como si Aberfan lo hubiese elegido como el portavoz de las premoniciones experimentadas por los mismos habitantes, John vivió «varios incidentes extraños», donde las familias le hablaron de sus sueños, informó el mismo medio.
Uno de los testimonios dejados era de la pequeña de diez años Eryl Mai Jones, que días antes del desastre comentó a su madre que no tenía miedo de morir. En una publicación que más tarde realizó el Doctor, se podía leer:
«El día antes del desastre, ella le dijo a su madre: ‘Mamá, déjame contarte sobre mi sueño de anoche’. Su madre respondió suavemente: ‘Querida, no tengo tiempo. Dime otra vez más tarde’. La niña respondió: ‘No mamá, debes escuchar. Soñé que iba a la escuela y que allí no había escuela. ¡Algo negro había caído por todas partes!'»
Una semana después del accidente, John se encontró con Peter Fairley, el corresponsal científico del Evening Standard de Londres, el objetivo era lanzar una sugerente pregunta en la columna «El mundo de la ciencia»:
«¿Alguien tuvo una premonición genuina antes de que la punta de carbón cayera sobre Aberfan?»
El científico recibió 76 cartas que le relataban los sueños premonitorios que las personas tuvieron del evento en Aberfan. En especial escogió aquellos testimonios que incluían precogniciones acompañadas de síntomas físicos y mentales.
Uno era de Kathleen Lorna Middleton de 52 años, que vivía en Londres. Ella se despertó a las 4 de la mañana el mismo día del desastre: «Me desperté ahogándome y jadeando y con la sensación de que las paredes se derrumbaban», publicó el mismo medio.
Otro testimonio era de un hombre de 63 años de Lancashire, él se soñó tratando de comprar un libro frente a una maquina con botones, cuando de repente aparecieron en la pantalla las letras «ABERFAN», una palabra que no había escuchado antes.
Una noche antes otra mujer reportó haber estado en una reunión de espiritistas y haber visto «una avalancha de carbón bajando por la ladera de una montaña», informó el mismo medio.
Por su parte el escritor James M Deem compartió en su página que Carolyn Miller confesó haber tenido una visión una noche antes:
«Una casa de la vieja escuela enclavada en un valle, luego un minero galés, luego una avalancha de carbón bajando por la ladera de una montaña. Al pie de esta montaña de carbón hirviente había un niño con una franja larga que parecía absolutamente aterrorizado. Luego, por un tiempo, ‘vi’ las operaciones de rescate que tenían lugar. Tenía la impresión de que el niño se había quedado atrás y salvado. Se veía tan afligido. Nunca podría olvidarlo, y también con él estaba uno de los rescatistas con una gorra de pico inusual»
Esa noche Carolyn vio en la televisión un programa que reportaba la tragedia de Aberfan y pudo ver al niño atemorizado en su visión y al rescatista.
El científico llegó a la conclusión de que había un «síndrome previo al desastre» que experimentaba un fragmento de la población, eran una especie de «sismógrafos humanos». El material reunido también evidenció para John que la precognición no es del todo inusual e incluso podría ser tan común como la «zurda», indicó The New Yorker.
Sin embargo, John dijo que no había manera de que se pudiera advertir al pueblo de Aberfan de la tragedia y aún de hacerlo era poco probable que creyeran. Por otro lado si se evita un desastre, ¿cómo puede generar una visión para precederla?
«Teóricamente, podría no haber premoniciones ya que no habría ocurrido ningún desastre», llegó a publicar el médico.
¿Y tú, crees en la habilidad de la precognición?
Mira el siguiente video con el testimonio de sobrevivientes de Aberfan:
Él fue la persona más joven que sobrevivió al terremoto de Indonesia
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