La ciudad alemana de Ulm está poniendo a prueba unas cápsulas individuales para dormir, resistentes al viento y al agua, para albergar a las personas sin hogar durante los gélidos meses de invierno. Las cápsulas, denominadas «Nidos de Ulmer», salvarán la vida de las personas necesitadas.
Los Nidos de Ulmer empezaron a funcionar el 8 de enero y se instalaron en parques y otros lugares donde suelen dormir las personas sin hogar en la ciudad de Ulm, a 75 millas (120 km) de Múnich, según un portavoz de la ciudad, reportó The Independent.
«Hoy (…) los dos nidos de Ulmer han sido reubicados, lamentablemente debido a la corona con retraso», publicó el equipo en Facebook, «pero a tiempo para las noches realmente frías (…) esperamos ofrecer un poco de protección y seguridad a los que más lo necesitan en Ulm».
Los Nidos de Ulmer, explicó el equipo en un comunicado de prensa, están dirigidos a personas que no duermen en los refugios habituales para personas sin hogar. «Esto se puede deber a factores psicológicos o físicos», explicaron, y añadieron que el miedo a la delincuencia y la violencia, o la aversión a las normas y reglamentos, también pueden influir.
Los módulos para dormir, construidos con madera y láminas de acero pintadas, están aislados y equipados con intercambiadores de calor para proteger a los usuarios del mal tiempo, como el frío, el viento y la humedad. En cada cápsula pueden dormir hasta dos personas y se admite la presencia de acompañantes caninos.
El diseño que se presentó el 8 de enero es una versión mejorada de una cápsula probada en 2018. La versión original fue diseñada en respuesta a la iniciativa para resolver problemas de la campaña «Asalta el Castillo» de Wilhelmsbüro, un lobby para el uso temporal de la fortaleza de Wilhelmsburg para albergar a las personas sin hogar.
Los Nidos de Ulmer mejorados se diseñaron con el aporte de los miembros del cuerpo de bomberos, la policía, los servicios ciudadanos, médicos y las empresas de limpieza, y tendrán menos costos de funcionamiento que la primera versión. También se espera que reciban una mejor recepción por parte de los usuarios de los servicios y los residentes locales.
Cada cápsula tiene conectividad inalámbrica; controles de temperatura, humedad y CO2; paneles solares; cierre interno; iluminación básica; e intercambio de calor y ventilación que funcionan con baterías recargables. Para proteger el anonimato de los usuarios, no hay cámaras en el interior de los módulos.
Los usuarios no necesitan registrarse para dormir en una cápsula. Cada nido Ulmer está equipado con un sensor de movimiento que registra la apertura y el cierre de la escotilla de acceso.
La asociación benéfica Caritas Ulm-Alb-Donau, que forma parte de la familia Ulmer Nest, recibe una notificación si alguien pasó la noche en uno de los módulos. Al día siguiente, la asociación benéfica se encarga de la limpieza y, si es necesario, de las reparaciones para que la cápsula se pueda volver a utilizar.
Las organizaciones asociadas, incluidos los trabajadores sociales, visitan regularmente los módulos para invitar a los usuarios a acceder a los recursos de la ciudad para las personas sin hogar.
«El Nido Ulmer no pretende ser una alternativa al espacio vital», explicó el equipo en un comunicado de prensa. «El objetivo debe ser siempre apoyar a los afectados para que lleven una vida [mejor] a largo plazo».
Se espera que el modelo del Nido de Ulmer se extienda a otras ciudades de Alemania si se demuestra que protege adecuadamente contra la congelación, según The Independent.
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