Cada vez más gente está pensando cómo le gustaría que fuera su vida después de su jubilación o retiro, sobre todo decidir con quién y dónde vivir. El Cohousing o vivir con amigos en la vejez, ya es una tendencia mundial. Se trata de viviendas individuales pero con espacios comunes para compartir con amigos. Esta nueva forma de vida es tendencia en Europa y Estados Unidos, y ahora también está sumando adeptos Latinoamérica.
Recientemente una comedia francesa llamada «¿Y si vivimos todos juntos?», protagonizada por Jane Fonda y Geraldine Chaplin, que trata sobre una pareja que elige compartir con sus amigos sus últimos años, ha despertado uno de los deseos mas comunes a la hora de pensar en cómo pasar la vejez sin ser una carga para nadie.
Pero dejando de lado la ficción, este sueño ya se está llevando a cabo en la realidad en algunos lugares del mundo
España
Es el caso de dos arquitectos amigos en España: Lola Domènech y Thomas Lussi. Ellos convencieron a otros tres matrimonios amigos, todos residentes de Lucerna España, de entre los 55 y los 65 años, de invertir en un bloque de apartamentos que les sirva como casa comunitaria para vivir la vejez en compañía.
«Con mi mujer, siempre teníamos la idea de tener un piso en Barcelona como segunda residencia. Mantenemos mucha relación con la ciudad, muchos amigos. Después de ver algunos pisos en venta, se nos ocurrió que sería más interesante planificar una casa entera para poder decidir personalmente cómo vivir. Lo comentamos con amigos de Lucerna y la idea creció. Los cuatro tenemos hijos e hijas, nosotros dos, de 23 y 20 años, las dos estudian Arquitectura y quieren hacer Erasmus en Barcelona, así que pensamos que la casa es un proyecto que durará varias generaciones», dijo Thomas, según El País.
Argentina
Cuatro matrimonios decidieron vivir juntos y cada pareja construyó su casa en un terreno rural común cerca de la provincia argentina de Posadas, Misiones. Su idea es irse a vivir allí a medida que se van jubilando.
Una de las impulsoras del proyecto y habitante del cohousing es Inés Arias, antropóloga de 68 años. «Empezamos a construir hace tres años. Compartimos almuerzos, mates, lecturas, charlas y películas los fines de semana y de a poco nos vamos a ir instalando”, cuenta Inés. Solo les falta terminar la casa de una de las parejas para completar el plan. No quieren aislarse, por eso crearon una biblioteca en el pueblo y tratan de conectar con gente del lugar. «Al principio nos decían que estábamos locos, pero no le dimos …[importancia] a nadie y avanzamos, estar con pares es una experiencia maravillosa», dijo según publicó TN.
Ricardo Lacub, responsable de la cátedra de Tercera Edad de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, tiene una explicación: «La que viene es una sociedad que va a requerir más modos colaborativos. Es una cuestión demográfica, la gente vive muchos más años y no acepta que le digiten la vida. Los principios de autonomía son mayores».
«Los grupos de amigos permiten mantener el estilo de vida. La idea es que se elijan formas inteligentes para cada uno y poder reservar la residencia de adultos mayores para cuando realmente necesitamos asistencia permanente. El geriátrico es una instancia medicalizada», afirma Ricardo.
Según el especialista en Tercera Edad, suelen darse ciertos temores sobre los acuerdos jurídicos y de propiedad que cada comunidad va a establecer. Pero en este caso, todo salió muy bien: «Los hijos nos ven muy felices con la experiencia entonces participan, vienen los fines de semana con nosotros y nos apoyan. Ahora hay algunos que hasta se hicieron amigos entre sí», señala Inés.
En Tapalqué, provincia de Buenos Aires, existe otra forma de proyectar tu jubilación, la iniciativa fue municipal. En 2009 construyeron viviendas sociales pensadas para personas de más de 60 años para que cada uno viva de manera autónoma, pero con un centro común, un botón de emergencia y alguien siempre a disposición en la administración. «Este proyecto les brinda a personas de bajos recursos la posibilidad de vivir en departamentos independientes, pero tutelados», afirma Mariánge Garcíala, directora del complejo.
Estados Unidos
Otras cuatro parejas amigas de toda la vida decidieron sumar sus ahorros y construir un pequeño pueblo propio a orillas del Río Llano en Austin, Texas, Estados Unidos. Lo llamaron «Llano Exit Strategy» (Plan de retiro) y tiene un plus, además de ser comunitario, lo hicieron del modo más económico y sustentable posible. Cada cabaña tiene barriles para almacenar agua de lluvia, paredes reflectantes y ventanas aislantes especiales para ahorrar en calefacción y refrigeración. Como en los anteriores proyectos lo usan de casa de fin de semana y se quedan a vivir a medida que se van jubilando.
Estas nuevas comunidades está expandiéndose en el mundo y mucha gente ya está pensando en lo maravilloso que será su retiro junto a sus mejores amigos.
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