Una madre con demencia vivió un momento memorable con su hijo —captado en video y compartido posteriormente en Internet— cuando la visitó y, al principio, ella no reconocía quién era.
Cuando él le preguntó quién era, dijo confusamente que era un «encantador cuidador», luego se enteró de la verdad, y entonces empezó a cantar y su hijo se unió a él en un tierno momento, que quedó grabado en la cámara.
Sebastian Terry, de 39 años, había viajado a Australia para visitar a su madre, Ingrid, y decidieron dar un paseo por un agradable patio.
En el video compartido por Sebastian, se ve a los dos caminando por un sendero donde él le pregunta si sabe quién es, a lo que ella responde, mientras lo toma del brazo: «Eres un cuidador encantador».
Ella no había reconocido que era el brazo de su hijo el que estaba tomando, al principio.
«¿Y si te digo que soy tu hijo?», le preguntó Sebastián.
Ingrid parecía perturbada, pensando que tan solo tenía el mismo nombre que su hijo, aunque admitió que también sonaba como su hijo.
«Soy tu hijo», le confió él, alegremente.
Y una mirada de comprensión —con una pizca de vergüenza, tal vez— recorrió su rostro, que rápidamente cambió por su propia risa por el percance y luego se convirtió en alegría por el reencuentro.
«Hace mucho tiempo que no te veo, hijo mío», le dijo Ingrid.
Entonces se puso a cantar una versión personalizada de «We Will Meet Again» de Dame Vera Lynn, de los años 40, cambiando el nombre de su hijo en la letra.
Sebastian se unió y cantaron juntos.
En una entrevista con Epoch Times, Sebastian habló de su relación con su madre y de cómo su enfermedad ha afectado a su familia.
«Mi madre es la estrella más brillante del cielo», dijo. «Desprende amor y felicidad, siempre está cantando. Siempre ha sido la persona a la que todos mis amigos quieren, a la que todos sus padres quieren».
«Ella es una luz tan brillante, y lo sigue siendo, aunque sus condiciones han cambiado mucho en los últimos ocho años, más o menos».
Cuando su madre empezó a mostrar los primeros signos de demencia.
«Yo vivía en Australia cuando le dieron el diagnóstico», dijo. «Notamos que ocurrían pequeñas cosas que nos parecían extrañas. Ella llenaba su nevera con cosas que no necesitaba, cantidades ridículas de cosas».
Cuando Sebastián y su hermana Pascal se dieron cuenta que su madre tenía demencia, decidieron crear recuerdos para ella antes que avanzara su enfermedad.
«A ella le encantaba la playa. Así que la llevamos a la playa y salimos a pasear con el perro, el perro de mi hermana», dijo Sebastian. «Hice una conferencia en Hawái y volamos juntos. Después le enseñé a hacer surf en Waikiki».
Sebastian dijo que cuando por fin logró surfear, levantó las manos en señal de celebración, y la gente en la playa la aplaudió. Unos días después, Ingrid no recordaba nada del viaje.
Mientras está en Estados Unidos, Sebastian se comunica con su madre por FaceTimes regularmente con la ayuda de sus cuidadores.
«Lo que sucede es que ella no tiene concepto de un teléfono ni qué hace», dijo. «Así que sus cuidadores organizan la llamada. Aunque sepa que soy su hijo, dirá: ‘Hola Sebastián’, porque su cuidador le dirá que soy yo».
Sebastian fundó un movimiento llamado 100 Cosas, que se enfoca en ayudar a las personas a crear, perseguir y lograr sus objetivos. La misión del grupo es animar a la gente a hacer lo que los hace felices.
«Perdí a un amigo cuando tenía 24 años. Su pérdida me hizo pensar en su vida y, por supuesto, en la mía», dijo. «Si me muero hoy, ¿puedo ver hacia atrás mi vida y decir que fui realmente feliz, y que no cambiaría nada? Y me di cuenta casi al instante que lo cambiaría todo».
Sebastian dice que ya ha cumplido 76 de las 100 cosas de su lista.
Aconseja a los demás a mostrar siempre amor y empatía.
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