Atrapada bajo un cielo negro y una lluvia torrencial, llena de compras y una silla eléctrica averiada, una anciana de Florida necesitaba un héroe. Sin embargo, en lugar de uno, obtuvo cuatro.
En un mundo en el que puede parecer que la amabilidad y el heroísmo genuinos se encuentran entre los bienes de calidad que sufren problemas en la cadena de suministro, estos inesperados héroes se encontraban en un almacén de la marca 7-Eleven del condado de Seminole, en Florida. Los cuatro jóvenes, trabajadores temporales que realizan un proyecto de construcción en Rebounderz, estaban en su receso cuando vieron a la mujer en problemas.
Mientras que otras personas habrían codiciado el preciado tiempo de descanso, estos hombres dejaron lo que estaban haciendo y empujaron a la mujer, su silla eléctrica y sus alimentos cuesta arriba hasta su casa, mientras la protegían de la lluvia torrencial con un paraguas.
Katty Castro, de 45 años, que ha vivido en la Comunidad de Jubilados Florida Living durante los últimos ocho años, fue testigo del amable acto desde la ventana de su cocina y dejó sus platos para tomar fotografías de la escena.
«Me conmovió su esfuerzo», dijo a The Epoch Times. «Yo estaba al menos a media milla de donde la encontraron. Los vi hasta el final, pero sus sonrisas y risas eran contagiosas. No se quejaban, sino que agradecían que ella estuviera a salvo. Para mí, son héroes modernos».
Salir de uno mismo, alejarse de lo que resulta conveniente y cómodo para ayudar a otra persona, requiere desinterés. Y el desinterés es la materia de los verdaderos héroes que se entregan por el bien de los demás. Los cuatro hombres, que empujaron alegremente a la mujer y su silla eléctrica por la calle aquel día, demostraron su generosidad.
Castro dijo que la anciana, que desea permanecer en el anonimato, está «muy agradecida» con los jóvenes por su desinteresada ayuda. «Después de mostrarle las fotos, ella se conmovió por su compasión. Los llamó ‘mis ángeles'».
Castro, que es mamá de dos adolescentes y ha trabajado dentro de la comunidad en reclutamiento y relaciones públicas durante los últimos 3 años, dijo que el heroísmo y los pequeños actos de bondad no tienen por qué escasear.
«Creo que cualquiera puede hacer la diferencia y ser un héroe para otra persona», dijo. «Se puede empezar por los vecinos, la comunidad y la ciudad».
No todos los actos heroicos reciben muestras de agradecimiento. Muchos pasan desapercibidos. Pero estos actos no son menos grandes por la falta de visibilidad. Sin embargo, la gentileza humilde y el heroísmo virtuoso que se observan y aprecian tienen una forma maravillosa de engendrar más gentileza y heroísmo.
Castro no dejó pasar desapercibida la acción compasiva de aquellos jóvenes. Salió a expresar su gratitud.
Cuando los cuatro hombres regresaban después de ayudar a la anciana en su silla eléctrica, Castro se tomó el tiempo de decirles que apreciaba lo que habían hecho por la mujer, que vivía en su comunidad, a pesar de ser una completa desconocida para ellos. Publicó fotos de su valiente esfuerzo y las compartió en las redes sociales.
«Vi su esfuerzo y amabilidad sin límites. Así que quise darles las gracias», dijo. «Creo que el agradecimiento es algo necesario en nuestro mundo actual».
«Quise reconocer su esfuerzo. Creo que cualquiera puede hacer la diferencia y ser un héroe para otra persona. En tiempos de odio, peleas y rivalidad política, quiero mostrar que todavía hay bondad y gratitud a nuestro alrededor».
Tal vez el reconocimiento de Castro de este pequeño, pero heroico, acto de bondad protagonizado por cuatro jóvenes en Florida ayude a inspirar más actos heroicos. Tal vez su acción y su gratitud conduzcan a algo contagioso: una «pandemia» de bondad y heroísmo desinteresado en nuestros barrios, aulas y calles.
Solo cabe esperar por una pandemia como esa.
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