En un sorprendente caso de «El hombre propone, Dios dispone», una bebé recién nacida que fue abandonada en un matorral y estaba en riesgo de morir, recibió la protección de cuatro perros callejeros que esperaron pacientemente a su lado hasta que llegó la ayuda que necesitaba para salvar su vida.
Los lugareños que fueron testigos del incidente, estaban felices por el desenlace. Y la respuesta de los animalitos callejeros demostró que el perro es el mejor amigo del hombre
Este incidente, que sucedió en Purulia, Bengala Occidental, reportado por el Times of India, tuvo como protagonistas a la indefensa recién nacida, a un profesor y a sus vecinos. Y por supuesto, a los héroes del rescate: cuatro nobles caninos.
Cuatro perros callejeros se convirtieron en los fieles protectores de la recién nacida que fue dejada en un matorral
Un sábado por la tarde el profesor Ulhas Chowdhury pasaba por su habitual camino cerca de su casa en Pathardi Pará, cuando de pronto se percató de unos extraños sonidos entre los matorrales.
Se detuvo y puso atención para ubicar el lugar de donde provenían los sonidos, entonces pudo percatarse de que se trataba del llanto de un bebé.
Intrigado y sorprendido, se acercó al sitio y buscó entre los arbustos. Al adentrarse entre la maleza, ¡encontró cuatro perros!
Pero los perros no estaban solos. Se movían inquietos alrededor de algo. Entonces el profesor hizo otro descubrimiento.
El profesor Ulhas se acercó aún más y vio, con mayor asombro, que los perros rodeaban a un pequeño bulto.
¡Se trataba de un bebé! El pequeño ser estaba envuelto con una cobijita rosa.
Cuando los perros que rodeaban a la bebé vieron que el hombre se acercaba, comenzaron a ladrar y a mover sus colas, como si lo conocieran o lo estuvieran esperando.
Luego se sentaron cerca de la recién nacida. Parecían decididos a seguir protegiéndola, hasta que estuvieran seguros de que estaría a salvo.
Ulhas se alejó para alertar al vecindario.
Muy poco tiempo después, el profesor regresó al matorral acompañado de varias personas. Entre ellas estaba su vecina, la señora Parveen Sen, quien abrazó al bebé y le dio algo de leche.
La recién nacida «dejó de llorar» después de beber la leche, dijo el profesor.
El grupo que recogió a la bebé de los matorrales se dirigió a la casa de Ulhas para reportar el hallazgo a las autoridades.
Pero este grupo tenía acompañantes ¡Los cuatro perros los siguieron! Parecía que querían asegurarse de que la bebita realmente estaría a salvo.
Los policías que respondieron el reporte del hallazgo, tomaron la custodia de la bebé y la trasladaron al hospital.
Cuando los médicos revisaron a la bebé rescatada, dijeron que tenía ¡entre 7 y 10 días de nacida y pesaba 2.8 kg!
Tuvieron que atenderla en la unidad de cuidados intensivos de recién nacidos para asegurar que la pequeñita se recuperara debidamente.
Y ya que Ulhas encontró a la recién nacida un sábado, la nombró Sania.
Al salir del hospital la afortunada bebita rescatada por el profesor y sus vecinos, sería acogida por un centro estatal de adopción para asegurar su futuro.
Pero todos reconocen que la protección que le brindaron esos 4 perros callejeros en los momentos más críticos de la corta existencia de Sania, sin duda fue lo que le salvó su vida.
«Si no hubiera sido por los perros, probablemente hubiéramos perdido a la bebé», dijo el profesor, quien agregó: «Todos estamos muy agradecidos con ellos».
El corazón, intuición y nobleza de perros como estos hacia los humanos y hacia un ser tan indefenso y vulnerable como la diminuta Sania, no deja de conmovernos e inspirarnos.
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