Cuidando gente durante la crisis de la pandemia

Ayudantes de salud en hogares, niñeras y otros cuidadores, le hacen frente a la dificultad

Por Catherine Yang
14 de abril de 2020 11:36 AM Actualizado: 14 de abril de 2020 11:40 AM

Cuando Nueva York comenzó a cerrar en medio de la pandemia, el primer pensamiento de Magueda St. Jean fue que ahora más que nunca tenía que ser fuerte, especialmente para sus pacientes.

«Tenía que ser fuerte y tomar la vida por las astas. Supe, en este tiempo —ahora— me necesitan más que nunca», dijo St. Jean, una cuidadora en un hogar que ha estado trabajando con Royal Care en la ciudad de Nueva York desde diciembre. Cuidar de otros ha sido una pasión en la vida de St. Jean, quien previamente cuidó de niños con autismo, y fue acompañante de pacientes mayores con autismo en el Hospital Judío Long Island.

Cuidadores de la salud en hogares ayudan a los pacientes que necesitan quedarse en casa, en varias cosas, entre ellas preparar comidas, bañarse, trabajo liviano de la casa. Estos pacientes enfermos y ancianos son una población vulnerable, así que se requiere tomar recaudos adicionales durante este tiempo, ya que el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido comúnmente como nuevo coronavirus, es altamente contagioso.

Movida por la compasión

Tan importante como la salud física y el protocolo de seguridad a los que adhiere St. Jean —usar mascarilla y guantes, desinfectar, no sentarse cuando viaja en metro o tren— es el apoyo emocional que St. Jean provee a los pacientes que ayuda durante este tiempo.

(Cortesía de Magueda St. Jean)

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«Sus reacciones en general han sido bastante atemorizantes, desafortunadamente», dijo.

St. Jean actualmente cuida de un paciente con demencia y otro con Alzheimer, y ver las noticias se ha vuelto una gran fuente de temor en las semanas recientes. Su propio nivel de calma y presencia se vuelve un barómetro para los pacientes, y tiene gran influencia sobre sus emociones. Así que St. Jean dice que ha sido movida por la compasión más que nunca en este tiempo, para estar presentes para ellos.

«Hago mi prioridad el llegar, en tiempos como estos, y dejar de lado todos mis aparatos, libros y periódicos y estar completamente presentes con ellos atravesando esto, y ser sensibles a sus emociones y cómo se sienten sobre eso», explicó. Solo hoy, ella visitó un paciente, y luego de hacerle el desayuno y tomar su medicación como siempre, se molestó mucho con la televisión y rápidamente cambió el programa a algo más liviano para dejarle recordar los viejos buenos días.

«Es algo preocupante, con sus estados psicológicos, mentales y emocionales. No se trata solo de hacer tareas y prepararlos para el día».

Pero a veces los pacientes sí quieren ver las noticias, y St. Jean no quiere mantenerlos a oscuras, y a veces se les necesita recordar a los pacientes con demencia por qué no pueden salir de la casa. Así que ella se sienta con ellos y leen las noticias juntos, tratando de que sea una experiencia calmada y esclarecedora en vez de estresante o que los mantenga a ciegas sobre las malas noticias.

«Incluso si están en cuarentena, me gusta dejarles saber que no son los únicos que están pasando por esto, y que hay muchas actividades que pueden hacer en casa, aún si quieren estar afuera, o si solo quieren que todo vuelva a la forma que era antes», dijo St. Jean.

St. Jean es una de los cientos de ayudantes de la ciudad que continúan viajando a visitar las casas de los que no pueden salir, a menudo pacientes ancianos que necesitan ser cuidados.

«Me siento honrada de ser parte de esto y ayudar y sacar a Estados Unidos adelante», dijo.

(Cortesía de Magueda St. Jean)

‘Tener el corazón de ayudarnos unos a otros’

Persaud Salita, otra ayudante de salud en el hogar con Royal Care, ha tenido un paciente que dio positivo de COVID-19.

«El 23 fui a trabajar y vi que mi paciente no se sentía bien», dijo Salita. El paciente parecía tener fiebre y su temperatura era de 102 grados (casi 39°C), y tuvo que ir a la sala de emergencias. Ya que se trataba del contagioso virus del PCCh, Salita no pudo ir a la sala de emergencias con el paciente.

Más tarde ese día, Salita recibió una llamada de la sobrina de la paciente que le dijo que la paciente había dado positivo al COVID-19.

Fue una noticia impactante, pero Salita no estaba tan impactada, porque se había mantenido al tanto de las noticias y sabía cuán extendido estaba el virus. No temió por ella.

Salita terminó no teniendo síntomas, así que los hospitales le dijeron que no necesitaba ser testeada, pero que se aislara por 14 días. Desde entonces la paciente ha estado en el hospital y actualmente necesita oxígeno. Salita se comunica con ella regularmente por teléfono, y tiene llamadas diarias con la sobrina de la paciente. Salita regresó a trabajar el 6 de abril y ya no podía esperar para volver.

(Cortesía de Persaud Salita)

«Me siento bien 100 por ciento», dijo con una risa. «Necesito volver al trabajo, quisiera levantarme de la cama y continuar con mi trabajo».

Salita ha tenido la pasión de ayudar a otros desde que ayudó a cuidar a su hermano de niño, y siente especialmente el llamado a trabajar con los ancianos. Ella dice que su sistema de apoyo en este tiempo han sido las llamadas frecuentes con sus muchos familiares. Ella espera que otros también puedan ayudarse mutuamente durante este tiempo, para no ser abrumados por el miedo.

«Siendo honesta, estoy triste. Conozco un montón de personas que están pasando por mucho, y si hay una cosa que todos pueden juntarse para hacer ahora es tener el corazón de ayudarse uno al otro», dijo. «Nunca sabemos qué vendrá hoy o qué llegará mañana».

«No voy a enfatizarlo, pero las noticias son muy tristes, y pongo mi corazón con todos los familiares que han perdido a sus seres queridos», dijo Salita.

«Esto ha sido tan salvaje»

Las niñeras también son cuidadoras esenciales durante este tiempo, aunque las reglas varían según el estado.

«Esto ha sido tan salvaje, es decir, nunca hubiera predicho en mi vida que sería como esto», dijo Katie Proviziano, fundadora de West Side Nannies, la agencia de niñeras más grande en Los Ángeles. Las cosas han estado cambiando constantemente desde febrero, y Proviziano siente que está trabajando tres empleos ahora, ya que tiene que mantenerse al día con las regulaciones y pasar la información y prácticas recomendadas a todas las niñeras y familias en su red.

«Hemos visto cambios simplemente dramáticos en nuestro negocio», dijo Proviziano.

Su agencia provee todo tipo de servicios, desde cuidar niños por hora, a medio tiempo, a tiempo completo y con cama adentro, y muchas familias han pedido que sus niñeras cambien a vivir con ellos, para que puedan estar juntos en la cuarentena, lo que es generalmente más seguro, pero también debido a que las niñeras no se consideran aún trabajadores esenciales en California, a menos que vivan con la familia, o que trabajen para padres que son infraestructura esencial, como médicos de emergencias.

Los cambios comenzaron incluso antes de que se establecieran las ordenanzas del estado, con la incertidumbre y con los padres que trabajan de casa y cambian sus horarios regulares.

Luego las escuelas cerraron.

«Y entonces fue enorme», dijo Proviziano. Algunos padres podían trabajar desde casa pero alguno no, y no todos pueden trabajar desde casa y cuidar también a los niños. «Y entonces aproximadamente una semana después, el gobernador dijo, no esperen que las escuelas reabran, sus niños probablemente no entrarán físicamente a la escuela hasta el otoño. Y esa fue como una bomba que cayó en el radar de cada padre. Fue una realidad tan cruda».

«Y creo que las familias se están preguntando, ¿cómo voy a trabajar? ¿Cómo trabajo mientras cuido de mis hijos, a la vez que me aseguro de que hagan su tarea de escuela virtual?», dijo. «Y luego en algún momento, la orden de quedarse en casa se va a levantar, y los padres podrán ir a la oficina, pero sus hijos todavía no irán a la escuela».

De todas formas, el verano tiende a traer una alza en las necesidades de cuidado de niños, y California lidia actualmente con un dilema ya que la mayoría de las instalaciones no pueden operar (solo trata de mantener distancia social con niños pequeños).

«Así que ahora vemos familias diciendo: ‘Necesito encontrar una niñera ahora hasta el otoño’, lo cual es un periodo de tiempo mucho más largo, y es también un costo mayor para las familias porque requiere cuidado por más tiempo», dijo Proviziano. No toda familia que lo necesita puede afrontar el cuidado de niños y los negocios han caído como resultado. Muchos padres trabajan desde casa y no pagan servicios de niñera, o han pedido licencia o perdido sus trabajos y ya no pueden pagar niñeras. Mucha gente en la industria no tiene trabajo».

«Están preocupados, están asustados sobre todo lo que está pasando, pero también vemos mucha valentía», dijo Proviziano sobre las niñeras. «Están realmente dando un paso al frente y aceptando que van a cuidar los niños mientras las mamás y los papás están peleando esta cosa».

Proveer estabilidad

Es importante que los niños no compartan el temor, dijo Proviziano, lo cual es algo de lo que habla la agencia.

«Hablamos de cómo charlar sobre esto apropiadamente según la edad, y también lo más grande es no hacer que los niños sientan el temor y la ansiedad que estamos todos viviendo. Los niños no deberían llevar esa carga», dijo Proviziano.

Jacqueline Castro es una niñera para una familia en Los Ángeles donde la mamá es médica de una sala de emergencias y el papá es acupunturista. Castro cuida al niño de la familia y ha estado enfocada en crear nuevas rutinas para el pequeño.

«Él es super inteligente», dijo Castro. «Es consciente de lo que sus padres hacen, y con lo que su mamá lidia, él sabe lo que es un virus, lo que es una pandemia. Él incluso me preguntó: ‘¿tienes miedo de mi mamá? ¿tienes miedo de mí? ¿tienes miedo de mi casa?’ y yo le dije ‘No tengo miedo, pero necesito tomar precauciones extras’, así que soy extra consciente de dónde estamos, qué hacemos en la casa y qué tan limpio estamos».

«Él es, tal como todo niño, se alimenta de la energía de sus padres. Y muchos padres están estresados porque esto es nuevo para todos. Todos están aprendiendo cómo ajustarse y ellos pueden sentir esa ansiedad. Los niños simplemente pueden sentirla», dijo.

Usualmente, cuando mamá llega, la ven entrar a la casa en su uniforme y la reciben con un abrazo. Ahora el uniforme no entra a la casa; ella se cambia en el garage donde hay una muda extra de ropa, y papá abre todas las puertas para ella hasta que entra a la ducha.

«Así que no la vemos hasta que termina de hacer todo eso, y siento que toma de 30 a 40 minutos», dijo. Todos están muy conscientes de las nuevas rutinas y patrones en la casa, y Castro tiene una muda de «ropa de niñera» que solo usa en el trabajo también, y sus zapatos se quedan afuera. «Ella [mamá] no tiene permitido entrar al cuarto del niño. Tenemos que salir y es muy, muy diferente ahora».

El propio horario de Castro ha cambiado dramáticamente también. Ella no vive con la familia, pero sus horas se han duplicado, ya que solía tener libre las mañanas mientras el niño estaba en la escuela, pero ahora su madre trabaja más horas de lo usual. Castro es una maestra certificada y normalmente pasa las mañanas preparando una currícula y ahora la pasa en la casa de la familia con el niño mientras los padres están en el trabajo.

«Tenemos una clase de rutina diferente ahora», dijo Castro. «Básicamente tengo que recurrir a la creatividad pura, así es como vamos a inventar sonidos e instrumentos, esta es la siguiente actividad de artes y artesanías, y así es como voy a mantener creativa y mantener alguna clase de estabilidad en su vida».

«Él extraña su horario regular, extraña a sus maestros, sus amigos, su piano regular, y todas estas cosas que tenía, y es consciente, y pienso que afecta a muchos niños en casa», dijo. «Tratamos de mantener una currícula y un horario y siempre algo que sea como siempre lo hicimos: siempre tenemos almuerzo a esta hora, siempre tenemos recreo, este es el horario para el piano».

Castro dice que ella es la clase de niñera «maestra estricta», siempre allí para proveer la estructura académica. Pero durante este tiempo se ha encontrado a sí misma tratando de jugar un rol más consolador.

«Debido a que estoy consciente de sus sentimientos, y estoy consciente de que podría tener alguna clase de miedo por sus padres o sus amigos. Así que me encuentro en un rol más de crianza», dijo. Ahora puede ver un show junto con el niño, aunque nunca lo hubiera hecho antes. «Creo que los padres se sienten culpables porque les dejan tener iPads y TV a los niños todo el tiempo, y creo que está perfecto. Yo soy la que nunca hizo eso, pero ahora necesito darle una clase de sentido y comodidad y aún podemos ir juntos y hacerlo. Está bien. Pienso que es parte de lo que se necesita ahora mismo, y quizá todos. Todos necesitamos algo que nos haga sentir mejor».

Para Castro, estar con el niño e inventar actividades para hacer juntos ha sido una fuerza, un cable a tierra durante esta crisis.

«Eso me hace sentir bien. El hecho de que estemos riendo a diario con jueguitos y búsquedas de tesoro para seguir saliendo adelante. Eso hace que pueda seguir adelante todos los días: la risa de los niños», dijo.


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