Dentro de una porción de ámbar fue encontrada una hormiga poco convencional, que data del cretáceo tardío, es decir, unos 98 millones de años atrás. Esta es una de las hormigas del infierno del género extinto linguamyrmex vladi, y le rinde honor a su nombre ya que tiene ciertas particularidades que la hacen una terrible hormiga prehistórica.
Se distingue por tener unos caracteres morfológicos muy interesantes que indican un comportamiento depredador especializado y una estrategia adaptativa que no se encuentra en las hormigas de la actualidad.
Tiene unas particulares piezas bucales que a diferencia de las hormigas de las que conocemos hoy en día, estas se mueven verticalmente.
Algunas también tienen una especie de cuerno que es como un apéndice sobre las mandíbulas, que según Phillip Barden, del Instituto de Tecnología de New Jersey, podría ser utilizado para sujetar a la presa que, según los estudios de Barden y sus colaboradores publicados en Wiley Online Lybrary, está recubierto de metal.
«Probablemente, el metal ayuda a que el cuerno no se dañe», dice Vincent Perrichot, coolaborador del estudio de la Universidad de Rennes en Francia. «Y es muy factible que tenga la función de reforzar el apéndice ya que este debe resistir repetidos impactos de las mandíbulas», agrega Barden. Se sabe que algunos insectos modernos utilizan metales como zinc y hierro para reforzar las mandíbulas.
Los investigadores descubrieron también un canal tipo tubo entre las mandíbulas, lo que se cree les permite «chupar» como un vampiro la hemolinfa de otros insectos, por eso también se la denomina hormiga vampiro.
La imagen anterior muestra la colocación de los dos especímenes, la hormiga y la larva de escarabajo que encontraron junto a la hormiga (el círculo rojo muestra la ubicación del cuerno). Las mandíbulas de la hormiga no estaban realmente incrustadas en la larva, pero los investigadores señalan que su colocación es «consistente con esta presa».
Esta larva de escarabajo coincide con la presa perfecta y jugosa de la hormiga, aunque su poderoso cuerno y mandíbulas permiten pensar que puede cazar insectos adultos a pesar del duro exoesqueleto recubierto de cutícula.
Según describe ZME Science, basándose en la publicación de los investigadores, este insecto está armado hasta los dientes, literalmente. La hormiga del infierno cambió sus mandíbulas por cuchillas con forma de espiga, que se ven puntiagudas y desagradables. Esta fisionomía única también planteó algunos problemas para el equipos ya que es diferente a todo lo que vive hoy, lo que hizo que describir y comprender cómo linguamyrmex vladi viviera un gran desafío.
Sin embargo, el equipo logró encontrar una característica que los vincula con las especies modernas: pelos cortos alrededor de la boca de las hormigas infernales. Estos son muy similares a los que se ven en las hormigas trampa-mandíbula (género odontomachus) que hacen que sus mandíbulas se cierren cuando se dispara. Esto llevó al equipo a sospechar que las mandíbulas de las hormigas infernales funcionaban de manera similar y les ayudó a reconstruir el resto de su historia.
«Sin embargo, hasta que no encontremos un espécimen con su presa atrapada, solo nos queda especular, pero solo es cuestión de tiempo» dice Barden; ya que los depósitos de ámbar de Myanmar son tan abundantes que pronto se podrán hallar nuevos descubrimientos.
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