A menudo escuchamos que el perro es el animal más leal y amoroso que un hombre podría adoptar. Pero no es solo con el hombre, los perros incluso se unen muy bien con otros animales, como la historia de este perrito que verás a continuación.
Forsberg es un Golden Retriever que era inseparable de su amigo felino Ginger. Los dos compartieron un vínculo increíble y les encantaba pasar tiempo juntos. Pero un día, algo terrible sucedió, y esta experiencia cambió a Forsberg por completo, llevándolo a un estado de depresión.
Ginger y Forsberg habían estado juntos por más de ocho años. No se prestaban mucha atención el uno al otro en las primeras etapas, pero poco a poco, se convirtieron en mejores amigos. Les encantaba comer juntos, jugar y abrazarse.
Pero lamentablemente, la vejez de Ginger le causó problemas de salud. El gato fue diagnosticado con cáncer de tiroides cuando tenía quince años y falleció poco después.
Forsberg lo buscaba por todas partes, confundido, sin saber que su pequeño amigo felino no volvería, tal y como cuenta Love meow.
Este incidente dejó a Forsberg completamente devastado y solitario. La pérdida de su mejor amigo lo llevó a la depresión. No podía entender qué hizo que Ginger desapareciera. Perdió toda su energía, dejó de comer normalmente y perdió su sonrisa.
«Forsberg realmente extrañaba tener un gato», dijo Jen Philion, el dueño de Forsberg, a través de Reddit.
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Después de verlo triste por días, su dueño decidió conseguir un nuevo gatito, a quien llamó Maxwell. Cuando Forsberg se encontró con Max por primera vez, finalmente recuperó su sonrisa. El perro estaba feliz de ver a su nuevo amigo y se unieron bastante rápido.
«¡Problema resuelto!» dijo Jen en Reddit… y es que realmente fue amor a primera vista.
Forsberg deja que el gatito se acurruque junto a él, haciendo al perro muy feliz y la pequeña bolita de pelos no paraba de ronronear entre sus patas.
Managed to capture both sides of Maxwell’s split personality …
El nuevo dúo ama y disfruta de estar el uno con el otro. No pueden permanecer separados por mucho tiempo. Ginger nunca será olvidado y Forsberg siempre tendrá un lugar especial para él en su corazón.
Maxwell y Forsberg forjaron su bella amistad desde 2014, y es una amistad que sigue fuerte hasta nuestros días.
A veces las amistades no son lo que parecen. Muchos dirían que es imposible una amistad entre un perro y un gato, ya que son «enemigos naturales», pero la evidencia ha demostrado de los perros pueden también llegar a ser «amantes de los gatos«.
Aunque al principio la relación pueda ser un poco turbulenta, en realidad hay muchas personas que les gusta juntar perros y gatos, y así debatir esa creencia popular, de que ambos son enemigos acerrimos.
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