Cuando Miranda Hollingshead, de 27 años de edad, de Bogata, Texas, fue con su madre al Parque Estatal del Cráter de los Diamantes en Arkansas en el pasado agosto, la idea de llegar a casa con un diamante no parecía más que un deseo esperanzador.
Miranda pasó alrededor de una hora con su madre y sus hermanos en el sitio de excavación sin encontrar nada. Pero cuando se sentó a la sombra para buscar mejores técnicas de búsqueda de diamantes en su teléfono, se sentó en el lugar adecuado para que la luz captara algo brillante y, por supuesto, terminó con un hallazgo bastante impresionante.
El parque es una atracción turística única porque los visitantes pueden conservar los diamantes que encuentran en el campo arado de casi 15 hectáreas. Funciona como el único sitio de acceso público con diamantes en el mundo, ofreciendo cientos de diminutos diamantes dejados por las máquinas que desenterraron los diamantes más grandes a principios del siglo XX, en el sitio de un volcán erosionado de 91 millones de años de antigüedad.
Les dijo a los funcionarios del parque: «Estaba sentada a la sombra, viendo un video en YouTube sobre cómo encontrar diamantes. Miré a mi hijo por un segundo, y cuando miré hacia abajo, lo vi mezclado con otras rocas».
«Lo sacudí con la mano para asegurarme de lo que era, lo tomé y le grité a mi mamá: ‘¡Creo que tengo uno!'».
La familia fue a registrar el diamante en el parque, donde le explicaron que la lluvia puede remover la grava y empujar los diamantes a la superficie de una manera que los hace fáciles de detectar sin tener que cavar mucho, muy parecido a lo que ocurrió en este caso.
«La mayor parte del terreno donde la Sra. Miranda encontró su diamante está hecho de roca volcánica que no se ha visto afectada por el clima», dijo el intérprete del parque Waymon Cox en una declaración. «Cuando llueve, la escorrentía que fluye a menudo deja grava suelta, y a veces diamantes, en la superficie de estas áreas. Los diamantes tienen un brillo luminoso y firme que los hace fáciles de detectar, y la Sra. Miranda estaba sentada en el lugar adecuado para ver el diamante brillar al sol».
El gema de Miranda terminó siendo un diamante amarillo de 3,72 quilates, el diamante más grande de cualquier tipo que se haya encontrado en el parque desde 2017 y el diamante amarillo más grande que se haya encontrado desde el 2013. Es increíblemente raro, con solo 1 de cada 10.000 quilates de diamantes registrados como piedras preciosas de color natural, y aunque los diamantes amarillos tienden a no alcanzar el mismo precio que los blancos, es probable que el descubrimiento valga decenas de miles de dólares.
«Es del tamaño de un borrador de lápiz, de color amarillo claro y con un brillo metálico luminoso. La Sra. Miranda dijo que la forma única de su gema le recordaba a un molar redondeado, con una pequeña hendidura en un extremo», explicó Waymon, a Insider.
Este no es el primer diamante encontrado en el sitio de excavación este año, ni por mucho tiempo. Solo en lo que va de 2019, se han desenterrado la enorme cantidad de 319 diamantes hasta el 19 de agosto, que suman un total de 63,49 quilates. Pero el hallazgo de Miranda es, con mucho, el más grande, y es aún más limpio gracias a la distinta coloración.
Por ahora, la madre de Texas no está segura de sí va a vender el diamante o a montarlo como anillo para su uso personal. De cualquier manera, sin embargo, es ciertamente una buena recompensa por su tiempo y dinero; después de gastar solo 10 dólares para cavar, ella ciertamente se va a casa con una ganancia considerable sin importar nada más.
Woman finds 3.72-carat yellow diamond on family trip https://t.co/7FCDszfQGF pic.twitter.com/4VBISEJn9w
— CTV News (@CTVNews) 21 de agosto de 2019
Le dio un nuevo diamante de compromiso después de que el suyo desapareciera en un asilo de ancianos
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