Un filipino que nació con un brazo y sus piernas subdesarrollados encontró su pasión en el inmenso océano y logró convertirse en campeón internacional de natación. Sin embargo, ésta no fue su primera experiencia en la que tuvo que superar la adversidad.
Ernie Gawilan, de 30 años, de Island Garden City, en la región filipina de Samal Davao, sobrevivió a un intento de aborto.
«No tengo dedos en la mano izquierda y no tengo pies», dijo Ernie a The Epoch Times. «A veces me hacen daño porque siempre me acosan, pero ahora puedo usar mi discapacidad para demostrar que no es un obstáculo para [lograr] lo imposible».
Ernie dijo que su mamá, una mujer casada, intentó abortar tras quedar embarazada de otro hombre; el intento de interrumpir el embarazo no tuvo éxito, y nació en la zona rural de Mindanao.
Sin embargo, su padre abandonó a la familia tras enterarse de la verdad. Más tarde, la mamá de Ernie murió de cólera cuando él tenía solo 5 meses.
«Al principio, no sabía hacia dónde iba mi vida debido a mi discapacidad», dijo, «pero le doy gracias al Señor, porque no me dejó solo. Mi abuela se hizo cargo de mí».
Cuando Ernie tenía 9 años, el empresario Vicente Ferrazzini se fijó en él y convenció a los abuelos del niño para que lo enviaran a un centro para niños discapacitados en la ciudad de Davao, reportó el portal filipino SPIN.ph. Bajo el cuidado de las Hermanas Maryknoll de Santo Domingo en el Centro de Entrenamiento Nuestra Señora de la Victoria, Ernie descubrió el océano y su amor por el deporte de la natación, en el que su diferencia física no tenía importancia.
El entrenador de natación Mark Jude Corpuz vio su potencial. Ernie empezó a nadar profesionalmente en 2004.
Su determinación se dio a conocer en el Festival Olímpico de Filipinas de 2008, celebrado en la ciudad de Cagayan de Oro, cuando olvidó su bañador, pero le rogó a los funcionarios que le permitieran competir con pantalones de carga en su lugar. Resistió el arrastre de la pesada tela y terminó en segundo lugar.
Hasta la fecha, ha participado cinco veces en los Juegos Paralímpicos de Asia y es dos veces fue campeón.
Ernie se convirtió en el primer filipino medallista de oro en natación en los Juegos Paralímpicos de Asia de 2018. Después de competir en los Juegos Paralímpicos de 2021 en Tokio, llevó la bandera de su país en la ceremonia de clausura. «Mi inspiración son mis abuelos porque me criaron cuando mi mamá y mi papá no estaban», dijo.
Después de ser nadador durante casi 18 años, Ernie dice que lo más difícil de este estilo de vida es el entrenamiento. «Pero hay que estar en forma física y mental para superar los retos de la vida», insistió.
En la actualidad, Ernie cuenta con más de una docena de medallas internacionales. Incluso fue el protagonista homónimo de un cortometraje de 2017, «Gawilan», y aboga por la igualdad en la remuneración de los atletas discapacitados.
Hablando del aborto, dijo: «Siento pena por los bebés que son abortados, porque es una lástima que se conviertan en víctimas. Es duro que me hayan privado de ser normal. Si no fuera por el deporte, no sé qué haría».
«Siempre hay esperanza en la vida, mientras vivamos. Tengo fe en Dios; pongo a Dios en primer lugar, antes que cualquier otra cosa».
«Solo confíen en Dios y en su propia capacidad, y siempre sean positivos en sus perspectivas, porque no todos los días son difíciles. Los días y las estaciones son diferentes».
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