Un veterano, que sirvió 9 años en el Ejército de EE. UU., y que ahora sirve a su comunidad local, recibió una grata sorpresa cuando un donante anónimo, junto con un taller de carrocerías local, le obsequió un jeep 4 × 4 con aire acondicionado.
Tennessean Jerrold Eaton, que anteriormente sirvió cuatro años de servicio activo en el Ejército, un año en las Reservas del Ejército y cuatro años en la Guardia Nacional . Pero, desde que volvió a la vida civil, ha ayudado a varios de sus vecinos ancianos.
“Un donante” es como el comandante del DAV (Veteranos Americanos Discapacitados) local, Howard McNeil, describió al exsoldado a WATE.
«Jerrold recibe algo en esta mano y sale por esa mano para otra persona, no se aferra a las cosas», dijo McNeill. Eaton sirve como oficial de turno en el D.A.V. TriCounty Sección 26.
Eaton lleva a sus vecinos a las citas con el médico, corta su césped, e incluso los lleva a la tienda de comestibles.
Sin embargo, el Ford F-150 de Eaton dificultaba la entrada y salida de sus pasajeros ancianos, y el hecho de que la camioneta carece de aire acondicionado representaba un riesgo para sus vecinos con problemas de salud, que no pueden soportar viajes largos.
Luego, como una oportunidad, debido a un accidente cerebrovascular, una mujer cuyo padre había muerto entró en Miller Brothers, un taller de reparación y carrocería de automotores, en Corryton para donar su vehículo, un Jeep Liberty 2012, y les dijo que quería que se lo dieran a alguien que lo necesitaba.
Ella deseaba permanecer en el anonimato.
Pero los dueños del taller de automóviles, Wendy Caldwell y su esposo, se enteraron de que su padre había sido un veterano que sirvió en Vietnam.
“A medida que aprendimos más y más sobre su padre, descubrimos que era un orgulloso veterano de Vietnam”, dijo Caldwell al medio de comunicación. “Tomamos el vehículo, hicimos reparaciones, afinamos, frenos, neumáticos pero realmente no sabíamos cómo regalarlo.
“Entonces, contactamos a la oficina del alcalde y ellos contactaron a una organización de veteranos. Nos dieron el nombre, Jerrold, a quién le dimos el auto».
Y así fue como el Jeep recién reformado llegó a manos de Eaton, donde tendría un buen uso, permitiéndole seguir sirviendo a las personas a las que ayuda. La donación fue bien recibida y completamente inesperada. Eaton esperaba «un [Ford] Pinto o algo», dijo.
En el futuro, tiene toda la intención de continuar su servicio a los que más preocupan.
“Continúo haciendo mi trabajo para el Señor, mi comunidad y mis compañeros veteranos”, dijo Eaton. «Estoy extremadamente bendecido y feliz de ser así».
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