Dos niños estaban en un supermercado comprando ingredientes para un puesto de limonada con una de las tarjetas de su madre, cuando la tarjeta falló inesperadamente en la caja. Sin embargo, gracias a un amable desconocido, pudieron llevar todo lo que necesitaban.
Los dos amigos de Michigan de Allen Park, Chris Kilburg-Leis, de 11 años, y Dennis Hougas, de 12, fueron en bicicleta a la tienda de Lincoln Park. La madre de Chris, Michelle, de 45 años, asistente administrativa, estaba trabajando desde casa en ese momento.
«Recibí una llamada telefónica de Chris preguntándome cuál era el número de mi tarjeta Kroger», dijo Michelle al Epoch Times. «Me sorprendió saber por qué quería ese número, porque la tarjeta es solo para los cupones que puedo descargar en la aplicación».
Le dijo el número de la tarjeta por teléfono, pero se cortó la llamada antes de terminar.
«Recuerdo que dejé el teléfono y pensé: ‘¿Cómo sabe él de mi tarjeta de Kroger y cómo se le ocurre a un niño de 11 años?», dijo.
Cuando llegaron a casa llenos de bolsas, Michelle quería una explicación. Chris pensó que la tarjeta de Kroger era una tarjeta de crédito y que, si la utilizaba, podría devolverle el dinero a su madre después.
La cuenta era de un poco más de 14 dólares, pero cuando se enteraron que la tarjeta no era de crédito, quedaron en una situación difícil.
Con solo 10 dólares entre los dos (todavía les faltaban 4 dólares), mientras estaban discutiendo qué artículos tendrían que devolver a las estanterías, un desconocido que estaba detrás de ellos se acercó con un billete de 20 dólares para asegurar que los chicos pudieran llevar sus artículos.
«Le dimos el cambio y le dimos las gracias», dijo Dennis más tarde al News-Herald. «No nos dijo su nombre ni nada; le dije que nos permitiera darle un vaso de limonada gratis».
Los amigos también regalaron limonada a los encargados de seguridad de Kroger que amablemente vigilaron sus bicicletas mientras ellos compraban.
Conmovida por la amabilidad del desconocido, Michelle pensó que valía la pena compartir la historia y la publicó en Facebook en un intento de localizar al hombre y devolverle el favor.
«No sabía que planeaban eso o me hubiera asegurado de que tuvieran suficiente dinero, además de llevarlos hasta allí», escribió.
Al poco tiempo Michelle vio que su publicación tenía más de 500 likes. Incluso un periódico local publicó la historia, y se convirtió en el artículo más leído en menos de 24 horas.
Los amigos tienen «mucha energía», dice Michelle, y les gusta dedicarse a actividades al aire libre, como montar puestos de limonada. Este puesto era el tercero, y estaba situado en la esquina de Allen Road y Regina Avenue.
En su primera aventura, los chicos ganaron 60 dólares cada uno, que destinaron a comprar bicicletas BMX y a participar en la feria local.
«Me sorprende que esta historia haya recibido tanta atención», añadió la madre. «Es un bonito recordatorio de que hay gente dispuesta a ayudar a los demás».
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