Cuando los propietarios de dos restaurantes de Baltimore, Maryland, se enteraron que una antigua clienta se estaba muriendo de cáncer de pulmón, demostraron que un servicio realmente sorprendente sale directamente del corazón.
A seis horas de distancia, en Vermont, uno de los clientes más fervientes del restaurante Ekiben Asian fusion quería degustar por última vez su crujiente brócoli tempura.
Los cofundadores del restaurante de Baltimore, Steve Chu y Ephrem Abebe, hicieron su deseo realidad.
Brandon Jones y su esposa, Rina, se pusieron en contacto con Ekiben después que la madre de Rina, que permanece en el anonimato, dio a conocer su último deseo, reportó The Baltimore Sun.
En diciembre del año pasado le diagnosticaron un cáncer de pulmón en fase 4 y desde entonces rechazó el tratamiento oncológico para vivir sus últimos días cómodamente en casa.
Brandon, un ingeniero de 37 años y, según admite, un pésimo cocinero, esperaba averiguar cómo podía hacer el codiciado brócoli tempura de Ekiben, un plato del que la madre de Rina se enamoró en un mercado de alimentos de Baltimore en 2015.
La pareja sospechaba que un pedido para llevar se arruinaría durante el viaje de 6 horas a Vermont.
Sin embargo, la respuesta de Chu lo dejó sin palabras: él preguntó la fecha, la hora y el lugar, asegurando que él y Abebe harían el plato ellos mismos.
Brandon declaró a The Baltimore Sun que Chu y Abebe se mostraron «inflexibles» para cocinar y conocer a la familia.
El sábado 14 de marzo nevó todo el día en Vermont. Sin embargo, Chu, Abebe y su compañero de trabajo Joe Añonuevo cargaron una freidora en la parte trasera de su camioneta e hicieron el viaje de 500 millas (aproximadamente 800 km) hasta la casa de la madre de Rina, y llegaron el domingo.
«Llegamos allí y dejó de nevar», recuerda Chu.
Manteniéndose socialmente distantes, los compañeros se instalaron en la parte trasera de su vehículo, trabajando sobre la freidora durante horas para alcanzar la temperatura óptima de cocción.
«Fue el brócoli tempura más perfecto que jamás hayamos hecho», dijo Chu al medio.
La madre de Rina se deleitó con la deliciosa e inesperada sorpresa de Baltimore, a pesar de las llagas en la boca que le dificultaban comer, según el reporte.
«Uno ve a tanta gente, día tras día (…) siempre recordamos los rostros», dijo Chu, afirmando que el equipo reconoció inmediatamente a la madre de Rina como una clienta habitual.
Brandon compartió la historia del reparto de comida de Ekiben, que duró 6 horas y recorrió 500 millas, con el grupo privado de Facebook Vecinos de Cantón. El conmovedor acto de amor se hizo viral.
El concejal de Baltimore, Zeke Cohen, publicó la historia en su página personal de Facebook.
«Siempre señalo a Ekiben como un negocio que siempre ejemplifica el respeto a la comunidad y trata a la gente con amor», escribió Cohen. «¡Lea esto, coma sus nuggets de tofu e intente no llorar!».
Chu, Abebe y Añonuevo, rechazaron cortésmente incluso el dinero de la gasolina y condujeron de regreso a Baltimore para retomar el servicio del restaurante el lunes.
«Fue una decisión fácil», dijo Chu a The Baltimore Sun.
«Estamos contentos de haber podido hacer feliz [a la madre de Rina]», añadió. «Creo que en eso consiste la hospitalidad».
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