Cuando un oficial de policía se acercó a una persona sin hogar para darle una multa por mendigar, cayó en una trampa común al principio: su instinto inicial fue el de juzgar a dicho hombre. Pensaba que debía tener un historial de conducta delictiva o de consumo de drogas, y que se merecía que lo castigaran.
Cuando Mick Myers vio al oficial Swalwell, tuvo una sensación de temor.
Michael Myers fue encontrado recientemente mendigando al lado de una autopista en Alameda, California, Estados Unidos, cuando vio a alguien acercándose que lo llenó de miedo.
Era el ayudante del sheriff del condado de Alameda, Jacob Swalwell. Mick tenía una mala opinión de la policía, ya que para él, los agentes de la ley solo buscaban hacer su vida más difícil.
Por el contrario, el oficial Swalwell vio a Mick como una persona sin hogar que infringía la ley.
«Finalmente me dije, ‘voy a ir y le daré una multa por mendigar», recordó el oficial Swalwell durante una entrevista con la estación CBS SF Bay Area.
Pero el oficial Swalwell no le dio la boleta de multa a Mick inmediatamente. En cambio, comenzaron a hablar, y Mick le contó al oficial sobre su vida, que no tenía hogar y que llevaba viviendo algún tiempo en las calles.
La lucha y el dolor de Mick revelaron a una verdadera persona necesitada
Mick no tenía antecedentes penales ni de abuso de sustancias, solo había pasado por momentos difíciles. Sin embargo, Mick no pudo arreglar su vida a pesar de haberlo intentado. No era un vago y había intentado varias veces salir de las calles, pero el no tener identificación legal, complicaba sus intentos ya que es un requisito para obtener los beneficios sociales y el apoyo que necesitaba.
Al escuchar esto, el oficial Swalwell se sintió destrozado.
«Empecé a saber más sobre él y me di cuenta de que no necesitaba una multa, sino a alguien que lo ayudara», comentó el oficial al mismo medio.
El oficial no tuvo el corazón para darle la multa a Mick. En cambio, su deber lo empujó a tomar una decisión completamente diferente, y ayudar al desafortunado hombre a recuperar su vida.
El primer paso fue obtener una copia del certificado de nacimiento de Mick.
Mick nunca había visto su certificado de nacimiento, y cuando sucedió, hizo un descubrimiento sorprendente.
«Pensé que había sido llamado Mick Myers», explicó. «Pero según mi certificado de nacimiento, mi nombre es Gordon Myers», agregó.
Resultó que Mick solo era su segundo nombre. Tras la sorpresa, se les permitió después obtener una identificación del Departamento de Vehículos Motorizados.
Pero entonces, encontraron otro obstáculo. Mick necesitaba demostrar una residencia legal.
«No tengo hogar», explicó Mick durante la entrevista.
El departamento entendió el problema, pero necesitaban algunas pruebas antes de poder emitir una identificación. La solución fue que Mick tenía que presentar dos cartas que indicaran que era residente de California.
Una iglesia local donde Mick solía rezar le proporcionó una, y el departamento del Sheriff de Alameda le proporcionó la otra. En total, necesitó cuatro viajes al departamento para que Mick pudiera obtener una identificación con foto. Pero gracias al oficial Swalwell, lo pudo lograr. Naturalmente, Mick se encontraba agradecido con el oficial Swalwell por hacer todo lo posible para ayudarlo, pero para el oficial era solo parte de ser policía.
«Si algo tan simple como ayudarlos para hacer que se recuperen al conseguir una identificación para que puedan recibir algunos beneficios estatales o federales, entonces absolutamente que sí», dijo el oficial Swalwell. «Eso es lo mínimo que podemos hacer como agentes que velan por el orden público», relató.
A través de la experiencia, ambas personas se dieron cuenta de que sus juicios iniciales sobre el otro estaban equivocados. Aunque Mick estaba increíblemente agradecido con el oficial Swalwell, aún hubo algo más.
Mick siempre había pensado lo peor de la policía, pero este oficial se había tomado mucho tiempo para ayudarlo. Por su parte, el oficial Swalwell sintió que había cambiado de forma similar su propia percepción de las personas sin hogar.
Mientras el oficial Swalwell ayudó a Mick, la convivencia entre ambos les dio la oportunidad de crecer y verse mutuamente como personas.
«Ambos nos dimos cuenta al mismo tiempo de que hay una persona real enfrente y no solo un estereotipo que veíamos cuando nos conocimos», compartió Mick.
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