Mientras caminaba por un parque en la ciudad canadiense de Dartmouth, Nueva Escocia, Bryan Thompson notó una vista curiosa. Thompson vio a un compañero de paseo con su perrita, pero en lugar de ser llevado con una correa a través de la suave manta de nieve, el perrita estaba acostado en un carrito de madera rojo envuelto en mantas con una cómoda almohada.
Thompson observó la escena en el parque Shubie de Dartmouth, se maravilló ante el ingenioso artilugio del paseador de perros y tomó fotos de la pareja en su invernal paseo por la nieve.
El 20 de diciembre de 2019, Thompson compartió sus fotos en Facebook y elogió al amable dueño de la perrita por su «increíble corazón».
«No conozco a este hombre, y espero que no le moleste este posteo», comenzó Thompson. «Este tipo con un corazón increíble estaba paseando a su perrita por el parque Shubie en Dartmouth, como pueden ver, en un carrito».
En lugar de simplemente observar desde lejos, Thompson se vio obligado a acercarse al dueño de la perrita y entablar una conversación. Thompson se enteró que el cachorro envuelto en el pequeño carrito rojo tenía una enfermedad neurodegenerativa progresiva llamada esclerosis lateral amiotrófica, o «ELA» para abreviar, lo que la dejaba efectivamente paralizada e incapaz de caminar sin ayuda.
«Me dijo que tenía ELA», explicó Thompson, «estaba muy atada y estaba feliz por el amor extra. Le dije que era una gran persona por hacer eso, porque sé que hay muchos que no lo harían».
«Él solo dijo que ella haría lo mismo por él y continuó con su el paseo», recordó Thompson, compartiendo la modesta respuesta del dueño de la perrita.
Se desconoce si la perrita había estado sufriendo de ELA por mucho tiempo. Sin embargo, ante la movilidad comprometida, el amable dueño de la perrita no admitió la derrota. En su lugar, una carrito de madera rojo y un paquete de mantas se convirtieron en la solución para mantener a su paralizada mascota comprometida con el mundo que la rodeaba.
«Es difícil escribir esto sin que uno se quiebre», continuó el posteo de Thompson en Facebook, suplicando a sus seguidores, «Espero que puedan compartir esto, especialmente todos los que comparten los posteos de animales perdidos; este tipo se merece un enorme beso de perro por su amor a su perrita».
La anécdota conmovedora de Thompson y el foto se hicieron rápidamente virales, siendo compartidos más de 49,000 veces hasta la fecha.
ELA afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal de los pacientes humanos o caninos, según The ALS Association. A medida que las conexiones de las neuronas motoras se degeneran gradualmente, el cerebro del paciente pierde la capacidad de iniciar y controlar el movimiento muscular, lo que a veces lleva a la incapacidad de caminar por completo.
A medida que la condición empeora con el tiempo, puede impedir drásticamente la calidad de vida del paciente.
Sin embargo, la investigación médica sobre el tratamiento de los caninos con enfermedades paralíticas puede anunciar esperanzas para el futuro. También puede tener un impacto significativo en la forma en que se trata a los pacientes humanos con ELA.
Según ALS News Today, una innovadora terapia de silenciamiento genético destinada a pacientes humanos se probó en perros con mielopatía degenerativa, una enfermedad mortal de las neuronas motoras similar a la ELA, en la Universidad de Tufts en 2017.
El autor principal del estudio, Dominik Faissler, de la Escuela de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad de Tufts, describió la investigación como «hacer algo por los perros que al mismo tiempo contribuya a la medicina humana».
Mientras tanto, el ingenioso remedio del carrito rojo de madera le da a una cachorra paralizada la capacidad de disfrutar de las innumerables alegrías del aire libre a pesar de su discapacidad.
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