Una empleada del parque temático de Orlando sorprendió a la mamá de un niño de 9 años con autismo con su gran actitud para calmarlo de la manera más comprensiva.
Lenore Koppelman, la mamá de Ralph de 9 años, está más que agradecida con Jennifer Whelchel, que ayudó a tranquilizar a su hijo de un «colapso autista», de acuerdo a Washington Post.
Koppelman tenía que asistir a una conferencia profesional en Florida y pensó en que sería una buena oportunidad para que la familia visite Universal Orlando Resort, pero también sabía que «por maravilloso, cariñoso, inteligente e increíble que sea Ralph, a veces tiene dificultades», especialmente «cuando él lucha más duro» puede experimentar un colapso autista.
«Fue TAN paciente durante MUCHO tiempo. Tan paciente como es posible», dijo Koppelman. «Él decía, ‘Está bien’ y suspiraba, y luego disfrutaba del siguiente viaje. Pero mientras tanto, la emoción se fue acumulando hasta el pináculo de su día: el paseo de Spider-Man».
Cuando llegó el momento de ingresar a ver su atracción favorita, un empleado dijo que ese sector del parque se cerraría. Koppelman, de 44 años, y su esposo Steve, de 49, sabían que se aproximaba el colapso nervioso de Ralph que lo haría perder el control de sus emociones.
«Mi esposo y yo conocemos las señales. Podíamos verlo venir, como un tren que se aproxima. Y, sin embargo, no pudimos apartarnos del camino. No había ningún otro lugar adonde ir», escribió. «El colapso autista iba a suceder. Y sucedió».
Ralph se tiró en el suelo «llorando, gritando, meciéndose, hiperventilando y realmente luchando por respirar», escribió Koppelman.
Pero el momento en el que Koppelman intentaba levantar a Ralph del suelo algo inesperado ocurrió: una asistente de viaje llegó rápidamente y actuó de la manera menos pensada.
«Se tiró al suelo con él. Descansó junto a él mientras él lloraba con el corazón y lo ayudaba a respirar de nuevo. Ella le habló con mucha calma, y mientras él gritaba y lloraba, ella gentilmente seguía alentándolo para que dejara salir todo», dijo Koppelman.
La asistente de viaje, Whelchel, conocida como «Mama Jen», le dijo a que siguieran adelante, y pidió a los espectadores curiosos que no les tomen fotos.
«Noté que su nivel de malestar era más que el nivel normal de malestar», dijo Whelchel, de 34 años, en una entrevista con The Washington Post. “Estaba muy, muy, muy herido. Se estaba poniendo peor a cada segundo», añadió la empleada.
Whelchel dijo que Ralph le recordó a su sobrino de 8 años, que también es autista, y que para ella era algo normal acostarse a su lado para poder conectarse con él, sin invadir su espacio.
Después de unos 10 minutos, Ralph comenzó a calmarse dejando de llorar y gritar. Además, Whelchel le ofreció agua y el niño aceptó y hasta le dio un choca esos cinco.
«La abracé por un largo tiempo, varias veces, si soy sincera», escribió Koppelman.
Whelchel, que no es maestra especial como pensó Koppelman, es una mamá de dos hijos que trabaja hace seis años en Universal, y que ha recibido capacitación junto a sus compañeros en sensibilización y concientización. Pero su entendimiento de cómo actuar en ese momento con Ralph no forma parte de ningún entrenamiento.
«Lo que hizo Jen es una forma de decir: ‘Estoy de acuerdo contigo, apoyo tus sentimientos, pero me quedaré aquí tranquilamente'», dijo Koppelman. «No hay contacto visual, no es directo. Es comprensible que te sientas triste y frustrado, lo escucho y lo valido», agregó la mamá de Ralph.
Koppelman publicó en Facebook lo ocurrido para agradecer a todos los involucrados, en especial a Mama Jen. «Te amamos sobre todo», escribió.
Whelchel dijo que se sentía «honrada» de ser reconocida de una manera tan pública por ayudar a un niño, diciendo que solo hacía su trabajo.
«No es la primera vez que lo hago y definitivamente no será la última», aseguró Whelchel.
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