Una agricultora de 22 años que optó por no seguir la tendencia de asistir a la universidad, dice que le encanta estar «cubierta de lodo» en lugar de quedarse atrapada en una oficina.
Erin Murgatroyd es ganadera en una granja lechera en Devon. Se dedicó a la agricultura tan pronto como terminó sus estudios de bachillerato y ahora cuida de 400 vacas en su granja de Blackawton.
La Sra Murgatroyd dijo que sentía presión por parte de sus profesores para asistir a la universidad y quería dedicarse a la agricultura «por fastidio». Sin embargo, mirando hacia atrás, no se arrepiente de su decisión. Gana 32 mil libras esterlinas (40,630 dólares aproximadamente) al año y pasa sus días limpiando establos y ordeñando vacas.
«Mientras estaba en la escuela, obtuve buenas calificaciones y querían que hiciera básicamente cualquier otra cosa», dijo la Sra. Murgatroyd. «Tan pronto como mencioné la agricultura, me cerraron por completo y eso me hizo ponerme las pilas».
Añadió que podría haber considerado asistir a la universidad si hubiera querido ser médica o arquitecta. Ella admite que si sus maestros la hubieran alentado a obtener un título en agricultura, entonces lo habría considerado más.
«Me encanta la agricultura porque es muy práctica», dijo la Sra. Murgatroyd. «Al estar al aire libre, he podido aprender muchas cosas.»
«Me encanta cuidar las vacas y me enorgullezco de producir leche de buena calidad».
La Sra. Murgatroyd disfruta de la compañía de sus vacas favoritas y del caos organizado que conlleva el trabajo.
Comenzó a trabajar en la granja Handham View, una granja de ganado vacuno en Woodleigh, Devon, a la edad de 18 años, donde se encargaba de la alimentación y cría de terneros y controlaba el ganado, ganando £8 ($10) la hora.
Después de trabajar incansablemente durante cinco años, ahora puede trabajar 12 días seguidos y luego tomarse dos días libres.
«Ahora tengo un salario de 32,000 libras esterlinas, lo cual es mucho mejor para mí y está muy bien para mi edad», dijo.
Murgatroyd y su novio, Matt Neal, de 27 años, un constructor, están considerando construir una casa y dicen que no estarían en esa posición si ella hubiera acumulado deudas por ir a la universidad.
«Siento que a mi edad tengo más conocimientos agrícolas prácticos que si estuviera en la universidad», dijo. «Me habría perdido esos años de trabajo real y seguiría tomando la misma decisión de no ir a la universidad».
La Sra. Murgatroyd es la única mujer de su familia que se dedica a la agricultura. Su tío abuelo, Trevor Wilson, de 67 años, trabajó en la agricultura toda su vida y la familia creció cerca de una granja. Ahora anima a otras mujeres y niñas a considerar la agricultura como una carrera.
«Está más dominada por los hombres», dijo. «Tenemos una federación de jóvenes agricultores y las chicas que la integran son básicamente agentes inmobiliarias».
«Soy el única que se dedica a la agricultura como trabajo de tiempo completo».
Cuando los viejos granjeros la miran, quedan asombrados y conmocionados al verla completamente cubierta de tierra.
«Las hembras son notoriamente mejores en la producción lechera que los hombres porque hay que estar muy atentas».
La Sra. Murgatroyd a veces siente que se perdió ciertas experiencias, como tener un año sabático o viajar, pero dice que le gusta lo que hace y cree que valió la pena.
«Te sacrificas para poder hacerlo», dijo. «La agricultura no es un trabajo al que puedas dedicarte simplemente».
«Si quiero cambiar de trabajo dentro de 10 años, es posible que tenga que volver a estudiar para obtener las cualificaciones necesarias, lo cual no me preocupa».
La Sra. Murgatroyd se encuentra entre el número creciente de jóvenes que se embarcan en carreras de industrias patrimoniales, según cifras publicadas por el Instituto de Aprendizaje y Educación Técnica, la agencia de capacitación del gobierno del Reino Unido.
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