A Tylan Bailey le encantaba su trabajo de mantenimiento de la escuela primaria Hightower, pero después de 23 años de velar por la seguridad y la limpieza del lugar, quiso hacer un cambio.
En su tiempo libre, Bailey, de Doraville (Georgia), decidió estudiar para obtener un título de profesor y se graduó en mayo.
Sin embargo, según la directora Sheila Price, la despedida será agridulce para la escuela. «Es el tipo de persona que uno quiere en su edificio, a su lado», dijo a WSB-TV. «Queremos mantenerlo aquí. Pero sabemos que es un gran paso y le apoyamos».
Bailey, que ahora tiene 43 años, obtuvo este trabajo en Hightower poco después de terminar la escuela secundaria. Como padre adolescente con un bebé y obligaciones, suspendió sus sueños universitarios. Al cumplir 40 años, Bailey logró reavivar esos sueños.
«Siempre había pensado que sería divertido ser profesor, sobre todo de jardín de infancia», dijo al Washington Post. «Pero tenía muchas responsabilidades. Me sentí muy agradecida al conseguir el trabajo de conserje en Hightower».
Al crecer, Bailey había cambiado muchas veces de domicilio con su madre y sus dos hermanas, no sabían la ubicación de su padre. La escuela fue un «refugio seguro» de las pandillas, las drogas y los cambios de vivienda. Al convertirse en conserje, Bailey, ahora padre de cuatro hijos, disfrutó al compartir con otros niños con necesidades.
Tuvo que sacar tiempo para estudiar al inscribirse en la Universidad Estatal de Georgia en 2017. Sus hijos fueron sus mayores animadores; su esposa Joi, una entrenadora de alfabetización de 41 años para el Distrito Escolar del Condado de DeKalb, describió a su esposo como «la persona más trabajadora que conozco».
Empezaba a trabajar a las 5:30 de la mañana para acondicionar la escuela para sus 600 alumnos y se ocupaba del lugar hasta el cierre a última hora de la tarde. Estudiaba durante los descansos y después de las clases, lo cual hacía que los profesores se preguntaran: «¿Cuándo duerme?».
Sin embargo, tiene claro lo que impulsó su sacrificio: recorrer los pasillos de la escuela día tras día para ampliar su propia educación.
Al terminar su carrera el mes pasado, Bailey se convirtió en el primero de su familia en graduarse en la universidad.
Bailey recibió una invitación para compartir su inspiradora historia como orador en la ceremonia de graduación de quinto grado de Hightower. «Les dije a los niños que sean más de lo que la gente cree que son, y que encuentren sus bendiciones a medias», dijo. «Es algo que me enseñé a mí mismo hace mucho tiempo; ahora estoy muy contento de haber seguido mi propio consejo».
El sueño del exjefe de conserjes es enseñar educación física y ya empezó a tener entrevistas de trabajo.
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