Enfermera fabrica lentes de papel para calmar a abuelito enfadado: «El amor cura”

Por Mariana Buendia
23 de febrero de 2022 7:25 PM Actualizado: 23 de febrero de 2022 7:25 PM

Una enfermera brasileña mostró el “amor” y la empatía que tiene por sus pacientes, realizando un noble gesto para un abuelito hospitalizado que estaba “molesto” porque no llevaba sus lentes. Ella le consiguió unos… que aunque no eran los suyos, eran “hermosos” y lo hicieron sonreír.

Carol Campolim, es una enfermera de 41 años de São Paulo en Brasil que a lo largo de su profesión, ha llegado a la conclusión de que el “amor cura” y que junto con el tratamiento, la atención y los cuidados necesarios, puede marcar la diferencia en sus pacientes.

El pasado miércoles 16 de febrero realizó un noble gesto que lo demostró.

Mientras  un señor mayor se encontraba ingresado en la Unidad de Atención de Emergencia en Sorocaba, en el interior de São Paulo, donde Campolim trabaja como enfermera. A las 3:00 de la madrugada, la trabajadora de la salud escuchó una conversación que el hombre tenía con su esposa.

Al parecer, estaba “muuy enojado” porque no le habían traído sus lentes. El hombre discutía por ello, mientras su esposa le intentaba explicar que estaban en el hospital, por lo que no los tenía a la mano.

Pero como la explicación de la mujer no surtió efecto, la enfermera, que lleva más de 14 años ejerciendo su profesión, realizó una noble acción que cambió el rumbo del paciente.

“No sirvió de nada explicar… dijo ‘y porque estoy en el hospital, no necesito ver…’. (No se equivoca, verdad)”, relató la enfermera en una publicación de IG.

“Le dije… ¡espera, te traeré unos lentes!”.

Entonces rápidamente la enfermera realizó unos hermosos lentes de papel.

Cortesía de Carol Campolim

“-Y ahora Carlos, ¿ves?
-¡Tengo que limpiarlos un poco, verdad!
Agarré una gasa y fingí que iba a limpiar los lentes.
-¿Y ahora Carlos?
-¡Ahhhhh, ahora puedo ver!”

“¡Y así es como gané un amigo más!”, relató la enfermera en IG.

El amoroso gesto de la enfermera, logró transformar la situación de su paciente y robarle una “sincera sonrisa”, tanto a él como a su esposa.

Tras sentirse “agradecida” por haber vivido ese momento, Campolim decidió compartir la fotografía de su paciente con sus “hermosos lentes” junto con un breve relató, el cuál se viralizó pronto en internet, conmoviendo a miles de cibernautas.

“El amor realmente cura”

Pero este gesto no es algo nuevo en la vida de esta enfermera, quien relató a The Epoch Times que ha aprendido a conjuntar los valores aprendidos dentro de su familia, principalmente el “valor del amor”, junto con su profesión.

“Siempre miro al paciente como un ser humano antes que nada. Y el ser humano necesita amor, atención y cuidados, sobre todo cuando está enfermo, debilitado, en una situación en la que siente dolor, miedo e inseguridad”, dijo Campolim.

“También me pongo en el lugar de la familia, pienso que si fuera mi padre, mi madre, mis hijos o alguien a quien quiero, ¡querría que se les tratara de la mejor manera posible! Veo que la humanidad está necesitada de amor, y sé cómo amar, porque gracias a Dios me crié en una familia que me enseñó el valor del amor”, añadió.

Y sus acciones lo demuestran. Pues después de que la historia del Sr. Carlos se viralizara, la enfermera decidió visitar a la familia.

“Sentí la responsabilidad de ponerme en contacto con la familia, al fin y al cabo, la imagen de Carlos estaba apareciendo cada vez más, y me gustaría saber cómo se sentían en relación con esto”, explicó.

Cuando la enfermera llegó a la casa del Sr. Carlos, la recibieron con los brazos abiertos. La mujer y su nieta, que vive también con ellos, inmediatamente le dieron una cálida bienvenida.

Cortesía de Carol Campolim

“Y cuando Carlos llegó a la cocina, donde estábamos nosotros, ¡fue maravilloso! Pude ver que está mucho mejor, ya le habían dado el alta (porque trabajo en una unidad de urgencias y le habían trasladado a una unidad hospitalaria). Hablamos durante casi dos horas. Y la nieta me dijo que el día anterior habían ido a buscarme a mi unidad de trabajo, para traerme un regalo, pero fueron de día, y yo trabajo de noche. Así que mi regalo estaba allí con ellos, ¡porque iban a volver para darme un regalo y agradecerme de nuevo!”, explicó sobre aquella visita.

Cortesía de Carol Campolim

Así es como para esta noble enfermera un abrazo, una conversación o un apretón de manos antes de algún procedimiento, o incluso una “simple sonrisa”, marcan la diferencia incluso más que un medicamento. Pues para ella “el amor cura el alma” y hoy en día “estamos enfermos del alma”.

“Fue mientras trabajaba que pude ver con mis propios ojos, la diferencia que hace cuando reciben afecto, junto con el tratamiento”, dijo Campolim.

Parte de ello lo vivió durante la pandemia, donde tuvo fuertes experiencias que la ayudaron a reafirmar lo importante de dar un acompañamiento empático y amoroso a los pacientes.

“Acompañé a pacientes que estaban totalmente inseguros, sin saber si sobrevivirían, pacientes que apenas podían respirar y que estaban solos, lejos de sus familias. ¡Solo nos tenían a nosotros todo el tiempo! ¡Así que era nuestra obligación (en mi opinión), tratar de calmarlos, intentar darles un poco de esperanza, e incluso llorar con ellos, como ocurría a menudo, sobre todo cuando me hablaban de su miedo a que su familia los perdiera!”, explicó Campolim.

Cortesía de Carol Campolim

Y aunque los momentos no eran fáciles, y muchas veces recuerda que llegaba llorando y salía llorando, su profesión le ha enseñado que el amor, junto con el tratamiento médico, ayuda a obtener mejores resultados.

“Fue en mi profesión donde aprendí que el amor realmente cura”.


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