Un equipo de bomberos de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, salvó una pequeña vida cuando los padres de un bebé que no respondía lo llevaron estación de bomberos en estado de pánico.
Una frenética familia llegó a la estación de bomberos de Belhar el 9 de octubre con su bebé de dos semanas en sus brazos; él no respiraba.
El comandante de la estación, Virgel Cloete, dijo a The Epoch Times por correo electrónico que su experta tripulación entró en acción para salvar al bebé, que tenía apnea, un fatal desorden del sueño que lleva a repetidas interrupciones de la respiración.
«Debieron pasar de 5 a 10 minutos antes que el bebé comenzara a respirar», dijo Cloete.
«Es difícil dar la hora exacta», añadió, «nuestros esfuerzos se centraron únicamente en revivir al bebé y en realidad parecía que el tiempo se hubiera detenido».
El equipo le administró oxígeno y RCP mientras usaban un monitor de ECG para evaluar el ritmo cardíaco del bebé.
Además de Cloete, los miembros de la cuadrilla Alroy Pieterse, Lushanne Conradie, Wade Brandt, Randall Solomons, y Noxolo Ngoma recibieron un reconocimiento por su participación en el esfuerzo de rescate. Cuando estuvo estable, el bebé fue trasladado al Hospital Tygerberg en Parow, Ciudad del Cabo, en una ambulancia.
«El bebé se está recuperando bien», dijo Cloete, añadiendo que la cuadrilla espera hacer un seguimiento con la familia en el futuro.
«El pelotón felicita a la familia por su rápida reacción, que fue decisiva para asegurar un final feliz a la historia», dijo.
Respondiendo al comunicado de prensa de la Ciudad del Cabo en Facebook, la abuela del niño, Deborah Carelse, dejó un comentario de agradecimiento.
«[Gracias] al equipo por salvar la vida de mi nieto», escribió la abuela.
Carelse añadió que espera vivir para ver a su nieto convertirse en bombero o paramédico algún día.
No es la primera vez que los equipos de la Estación de Bomberos de Belhar salvan una pequeña vida.
El 1 de junio de 2019, los bomberos recibieron una llamada para resucitar a otro bebé de dos semanas, Bronlyn-Lee Jansen, reportaron los funcionarios de la Ciudad del Cabo. La frenética madre de Bronlyn-Lee, Chantel, entregó a su hija asfixiada a la cuadrilla, que inmediatamente eliminó la mucosidad de sus vías respiratorias y le administró oxígeno. Bronlyn-Lee recuperó su color y empezó a llorar a los pocos minutos.
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