Una conocida pareja de Vineyard, Utah, que estuvo casada durante 70 años, murió con pocas horas de diferencia a principios de este mes. Ambos cónyuges, Robert y Cumorah Holdaway, vivieron hasta los 91 años.
«Se conocieron y fueron amigos e hicieron cosas juntos en sus grupos de chicos y chicas, pero no salieron oficialmente hasta el baile de fútbol en el 11º grado», dice el obituario de Cumorah.
Después de casarse en 1949, los dos permanecieron juntos a partir de ese día, solo se separaron durante 12 horas entre el fallecimiento de Robert el 9 de agosto y el de Cumorah, durante la mañana del 10 de agosto.
Su hija Sherrie-Kaye Miller le dijo a KTVX: «Mi padre quería tanto estar con mi madre que iba a cosas a las que no quería ir, solo para poder estar con mi madre… Eso sí que es una historia de amor».
Los Holdaway dirigieron una exitosa granja lechera en Vineyard, ayudaron al pueblo a crecer y prosperar, y criaron cinco hijos. La alcaldesa de Vineyard, Julie Fullmer, escribió un tributo en Facebook diciendo que tanto Robert como Cumorah estuvieron muy involucrados en la formación de la comunidad donde vivieron.
«Vineyard hace crecer cosechas increíbles, pero algún día, Vineyard hará crecer una cosecha más importante, las familias», Fullmer recordó algo que alguna vez dijo Robert. Al momento de su muerte, los Holdaway tenían 32 nietos y 75 bisnietos, lo que prueba que sus palabras eran ciertas.
Los Holdaway pudieron construir una familia tan fuerte gracias a su fuerte relación. Su nieta Meechelle Talbot compartió lo unidos que estaban como pareja.
«Hacían todo juntos. Prestaron sus servicios juntos, lucharon por lo que pensaban que era correcto juntos», explicó. «La abuela conducía el tractor en la granja, acarreando heno, son un gran ejemplo de cómo debe ser en realidad un matrimonio. Es un dulce legado».
Los Holdaway no solo eran devotos entre sí, sino que también servían a su comunidad. La alcaldesa Julie Fullmer hizo bajar las banderas a media asta en reconocimiento a sus contribuciones.
A medida que la pareja envejeció, vendieron algunos de sus 190 acres de tierra, lo que abrió el camino para un mayor desarrollo en su ciudad. Robert fue el primero en enfermar, y toda la familia esperaba que sus muertes fueran próximas para que pudieran permanecer juntos.
«Una vez que el abuelo decidió que se iba a ir, la abuela no iba a dejarlo ir solo», dijo la nieta Meehcelle Talbot. «Estamos muy agradecidos de que ninguno de ellos tuviera que estar en el funeral del otro porque eso hubiera sido muy doloroso».
Recibiendo homenajes del gobernador de Utah por su servicio así como de su alcalde, la familia Holdaways los recuerda por sus logros personales tanto como por los públicos.
Su hija Sherrie-Kaye Miller añadió: «Espero que su vida sea recordada así, que amaron profundamente, se preocuparon profundamente, que sus acciones lo demostraron y que no fueron solamente palabras».
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