Para la mayoría de la gente joven, la idea de arreglar documentos médicos y testamentos que dicten lo que les sucederá cuando se enfermen no está en su mente. Criar a sus hijos, poner comida en la mesa y disfrutar del tiempo con su familia a menudo es lo primero.
Pero cuando lo peor le sucedió a Jonathan Michel, un hombre de Texas y padre de tres niños, un debate sobre sus familiares casi lo mata.
Todo empezó inocentemente. El 30 de junio del 2018, Jonathan estaba con sus amigos; uno de ellos decidió hacerle una broma. Justo cuando estaba a punto de sentarse, le sacaron una de las patas de la silla por debajo. Jonathan se cayó al suelo y se golpeó la cabeza.
Pero no fue un simple golpe en la cabeza. Jonathan sufrió un trauma cerebral grave y todo su lado derecho quedó paralizado. En el hospital, se le colocó un respirador y dependía desesperadamente de que se le drenara el líquido de su cerebro para mantenerlo con vida.
Wren Michel, el padre de Jonathan estuvo en el hospital, al lado de su hijo en cada paso del camino. Karen Michel, su madre, estaba en África en un viaje misionero. Ella decidió regresar a Texas inmediatamente después de escuchar las terribles noticias.
Jacqueline Michel, la esposa de la que Jonathan se había separado, se presentó e insistía en que los médicos retiraran a su marido del sistema de soporte vital. «Estaba completamente conmocionada», dijo Karen a KLTV.
Aunque Jonathan y Jacqueline Michel (de soltera Dalton) no habían vivido juntos durante más de tres años, nunca se habían divorciado formalmente. Como tal, Jacqueline afirmó tener voz y voto sobre lo que le sucedió al hombre que era legalmente su esposo. Le dijo a LifeSite que Jonathan había dicho: «Si alguna vez me encuentro en una situación así, quiero que la naturaleza siga su curso».
Pero sus padres, Wren y Karen, creían que su hijo tenía una oportunidad de pelear y mostraba signos de respuesta. El pastor Mark Lee Dickson de «Derecho a la Vida» del este de Texas publicó en Facebook que: «[Jonathan] sostuvo el teléfono de su mamá e intentó encenderlo. También desabrochó el reloj de su sobrina y se lo volvió a abrochar en el brazo. Cierra los ojos cuando sus padres rezan con él. Estos son signos obvios de vida».
Sin embargo, su esposa se negó a ceder, ordenando al hospital que no permitiera que los padres y el pastor de Jonathan tuvieran derechos de visita. Ella también continuó manteniendo su posición de que deberían dejar morir a Jonathan retirando el soporte vital.
Cuando las cosas se pusieron feas, los padres de Jonathan no lo iban a dejar ir sin luchar. Se mantuvieron firmes en su creencia de que al menos merecía un poco más de tiempo antes de despedirlo. Cuando los médicos estaban a punto de venir a desconectar a Jonathan, su padre literalmente se interpuso en el camino de las puertas, según FaithWire.
Como les dijo Wren: «Si van a desconectarlo, tendrán que pasar por encima de mí». Mientras tanto, sus padres se centraron en conseguir que la Junta de Ética del sistema hospitalario de UT revisara el caso. Afortunadamente, la junta aceptó dejar que Jonathan se quedara con soporte vital con la esperanza de mejorar.
«Finalmente me llamaron para decirme que estaban viendo progreso y mientras estuvieran viendo mejoras, iban a continuar con la atención médica», dijo Wren Michel a LifeSite.
Increíblemente, Jonathan no solo sobrevivió, sino que mejoró poco a poco. Para el 9 de agosto del 2018, Karen publicó en Facebook para que las miles de personas que habían oído hablar del caso supieran que Jonathan estaba mejorando definitivamente y que pronto saldría de la Unidad de Cuidados Intensivos.
«Hace cinco semanas teníamos poca o ninguna esperanza para la vida de nuestro hijo, hoy los médicos y el personal médico están asombrados con su mejoría», escribió. «¡Con Dios todo es posible! No voy a descartar un milagro», agregó.
Aunque Jonathan necesitaba mucha ayuda con la terapia física y de lenguaje, sin mencionar la atención médica continua, finalmente pudo dejar el hospital y regresar a casa con su querida familia. Aunque su lado derecho sigue paralizado, su familia y sus hijos están contentos de tenerlo de vuelta con ellos.
La historia de Jonathan es una historia increíble de supervivencia, y la creencia de sus padres de que todas las vidas merecen una oportunidad, no importa lo pequeña que parezca, probablemente lo salvó.
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