Mientras que muchas personas tiran lo que les sobra de la cena, una mujer de Alabama decidió compartir su comida extra y su historia ganó medio millón de visitas en Facebook. Además, la experiencia la conmovió tanto que juró que «nunca, nunca tiraría otra comida».
Kim Colvin, de Birmingham, no cocina mucho estos días, de hecho, apenas está en casa, donde vive sola. Sin embargo, decidió hacer una buena cena una noche de junio de 2016.
«Así que decidí cocinar el lunes. Carne asada, macarrones con queso, mezcla de verduras, mazorca de maíz asada al horno, judías verdes cortadas a la italiana y panecillos de maíz», contó Kim en una publicación en Facebook sobre la cena que preparó.
A pesar de que sus dos hijos crecieron y se mudaron, ella no cambió su hábito de cocinar para una multitud, de al menos seis personas. Cuando miró la cantidad de comida sobrante al día siguiente, se dio cuenta de que era demasiado.
No quería tirar la comida, así que decidió ofrecer la comida a las personas sin hogar.
Después de que calentó, empacó y cargó la comida, encontró que había suficiente comida como para hacer 11 platos. Como ya se hacía tarde, corrió a un parque que no estaba a más de 20 minutos de su casa y comenzó a repartir la comida.
Vio a un hombre sentado en la escalinata del parque, Kim le ofreció uno de sus platos, que el hombre aceptó con gusto. Luego, siguió caminando hacia un mirador. Sin que lo supiera, estaba a punto de descubrir algo que la conmovería hasta las lágrimas.
En el mirador, vio a una señora con tres hijos a su lado, con la cabeza baja y rezando.
«Señor, si pudiera alimentar a mis hijos», Kim recordó la oración de la señora.
La señora estaba en uno de los momentos más difíciles de su vida, no tenía nada, ni dinero, ni un lugar donde vivir, ni idea de cómo podía mantener a sus hijos.
Ella no quiso interrumpir a la señora rezando, pero las dos niñas de la señora notaron que se acercaba, con bolsas de «Gracias» agrupadas en sus brazos. Las chicas avisaron a su madre.
«Levantó la vista y yo estaba allí parada, con platos en la mano», describió Kim. «Ella dijo rezaba, pidiéndole a Dios que alimente a sus hijos, si no podía hacerlo ella».
Cuando la señora se dio cuenta de que su oración fue escuchada, se puso a llorar.
También lloró Kim.
«Viendo las lágrimas rodar por su cara y lo agradecida que estaba, me sobrepasó», dijo.
Poco después, compartió la historia en Facebook. Junto a un conmovedor relato y escribió en su publicación: «Por eso sé que Dios existe».
Luego compartió otro video en Facebook, cuando se sintió menos emocionada, dando más contexto a la historia y compartiendo sobre lo que la experiencia le enseñó.
En el video, dijo que ella nunca esperó que algo así pudiera suceder y la experiencia la hizo darse cuenta de cómo los pequeños gestos de bondad pueden cambiar la vida de otras personas.
«Solo estoy compartiendo esto con ustedes porque sé que ustedes, como yo, muchas veces damos las cosas por hechas», dijo Kim. «Ni siquiera pensamos en lo mucho que significa para otras personas, o cómo podríamos bendecir a otras personas».
«Esto me hizo sentir muy humilde, hasta el punto en el que nunca, nunca tiraré otra comida», agregó Kim.
Dando un ejemplo específico, mencionó que había algo de carne de hamburguesa en su refrigerador, que podría arruinarse si ella continuaba dejándola allí.
«Pero te prometo que mañana voy a cocinar la carne de hamburguesa y voy a traerla», dijo. «No soy rica…. pero tengo que hacer lo correcto».
También animó a otros a dar la comida que les sobra a los necesitados en lugar de tirarla.
«Considérelo cuando termine de comer, si queda un plato, dos platos…», dijo Kim.
Ella no filmó a ninguna de las personas que se encontraban cenando ese día y no quería que ninguna de ellas se sintiera avergonzada por su situación. Era para compartir la historia no se trataba de captar la atención o el reconocimiento, sino de marcar una diferencia en la vida de las personas.
«Solo para ver la alegría en los rostros de esos niños y cuántas veces la señora le estaba dando a Dios toda la alabanzas y gloria cuando estaba en medio de una oración y miró hacia arriba y estaba yo, parada allí», dijo Kim al final del video, recordando de nuevo el momento inolvidable de conocer a la familia sin hogar.
Mira el video a continuación:
Sus padres no pueden parar de llorar en el día de su boda
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