Vivir cerca de los bosques, siempre será bastante riesgoso, sobre todo porque precisamente en ese hábitat abundan animales en estado salvaje como osos, leones, tigres, etc., y nunca debemos subestimar que éstos puedan aparecer en algún momento por nuestras casas, como pasó con esta familia.
Las probabilidades no eran muy altas para el pequeño cachorro de unos pocos 2 kilos cuando se enfrentó a nada menos que un oso de 200 kilos . Pickles, la mascota de la familia, no dejó que el riesgo de perder su vida le impida salvar al resto de sus amigos humanos que están increíblemente agradecidos por el sacrificio realizado por el pequeño can.
A principio de septiembre del año pasado, cerca de las seis de la mañana, Tiffany Merrill dejó salir al cachorro de su casa en Black Mountain, Carolina del Norte, cuando de repente sintió que algo no estaba bien.
Salió a llamar a Pickles y vio que la puerta trasera de su casa estaba abierta, lo que no sabía es que había resultado muy tentador para que un oso curioso entre mientras ella estaba distraída con el perro.
Al darse cuenta de esta situación, Tiffany entró en pánico y se arrojó detrás de un mueble mientras gritaba a sus hijos que cerraran las puertas de sus cuartos y se escondieran, porque un oso había entrado a la casa.
«Empecé a gritarle a mis hijos. ¡Cierren las puertas! Hay un oso en la casa», relató Tiffany sobre el incidente a los medios de noticias locales, según ABC11.
Sin embargo, antes siquiera de darse cuenta de lo que sucedía, Tiffany vio cómo Pickles empezó a ladrar al enorme intruso y lo iba sacando de la casa.
Poco a poco, Pickles había logrado distraer al oso lo suficiente y lo hasta lo convenció de salir.
«No podía hacer nada», dijo Tiffany. «Quería salir y saltar sobre la espalda del oso y salvar a mi perro». Pickles murió.
Esta noche, mientras Merrill y su hija Emily lloraban, recordaron todos los buenos momentos que compartieron con su querida mascota.
«Siempre estaba conmigo. Si me quedaba despierta hasta tarde, se quedaba despierto hasta tarde. Si quería ir a algún lado, él quería ir a algún lado», dijo Merrill.
Emily dijo que una de las cosas que más me le gustaba de Pickles es cómo «se acostaba a nuestro lado».
Y aunque Pickles ya no estará allí para recostarse junto a ellos, los Merril esperan que su historia ayude a sus vecinos a ser más cautelosos cuando vean un oso.
«Son mucho más peligrosos de lo que crees que son. Después de lo que me pasó esta mañana, quién hubiera pensado que eso pasaría, yo no», sentenció.
Tiffany y su hija Emily están muy tristes, pero espera que toda esta experiencia sirva de advertencia a los residentes locales. Todos saben que los osos son muy peligrosos, pero en este caso, ella quiere que la gente sepa que incluso hasta al más tranquilo, no hay que subestimarlo.
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