Cuando los vecinos llamaron al refugio de rescate Hope For Paws para que viniera a buscar al pobre cachorro, estaba tan asustado de los humanos que se escondió en un rincón fuera de la casa, detrás de la válvula y la manguera de jardín enrollada.
Incluso cuando el equipo de rescate empujó una pequeña puerta hacia él para evitar su fuga, lo que sin duda significaría un peligroso viaje al tráfico de una calle concurrida, el cachorrito demasiado temeroso gruñó cuando sacaron la «lucky leash». Intentaban acercársele con calma y lentitud, con sonrisas y caricias reconfortantes. Pronto lograron suavizar sus preocupaciones y pasar la correa sobre su cabeza.
Con mucha calma, pero seguros, el equipo de Hope For Paws logra ganarse su confianza y lo sacan del patio. Deciden llamarlo «Solo», en honor al emblemático personaje de la Guerra de las Galaxias.
Desde allí lo llevan a la sede del refugio donde lo alimentan, bañan con cuidado y lo atienden.
Tomó algún tiempo, pero al final el cachorro empezó a querer a la gente. Y cuando por fin encontraron un hogar de acogida donde quedarse mientras le buscan un hogar permanente, la persistente amabilidad de todos los que habían entrado a su vida logró romper la coraza de agresividad de “Solo”, impulsada por el miedo. Cuando pasaron varias semanas, ¡no parecía el mismo perro!
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