Un gesto tan simple como recibir a tu pareja en la puerta puede encender la chispa del amor y transformar tu matrimonio. Así lo descubrió Bethany Rose, una madre de cinco hijos, cuando decidió empezar a saludar a su esposo cada día al volver del trabajo. Lo que comenzó como un pequeño acto de cariño se convirtió en un fenómeno viral que ha inspirado a miles de parejas alrededor del mundo.
En un mundo acelerado donde las relaciones a menudo se dan por sentado, la historia de los Rose nos recuerda el poder de los pequeños detalles. ¿Qué secretos esconde este sencillo ritual que ha cautivado a tantos? Acompáñanos en este viaje al corazón de un matrimonio que ha redescubierto la magia de los gestos cotidianos.
Una mamá de cinco hijos que los educa en casa y que decidió empezar a recibir a su marido en la puerta todos los días después del trabajo, para compartir un momento privado, no tenía ni idea de la enorme repercusión que tendría.
Bethany Rose, de 36 años, conoció a su marido, Jake Rose, de 38, en un viaje por carretera a Nueva Inglaterra. Se casaron en el jardín de los abuelos de ella, al este de Pensilvania, en la primavera de 2011. La pareja tiene cinco hijos juntos, de 9, 7, 4, 3 y 1 año, y está criando a su familia en Pittsburgh, Pensilvania.
La Sra. Rose, creadora de contenidos y presentadora de podcasts cristianos, siempre estaba deseando recibir a su marido cuando volvía a casa de su trabajo, pero se dio cuenta que era siempre él quien tenía que buscarla en algún lugar de su ajetreada casa para saludarla. Hasta que un día decidió empezar a recibirlo en la puerta.
“No sabía si realmente sería diferente para él recibir esta bienvenida, ya que él sabía que me emocionaba verlo de todos modos”, dijo al Epoch Times. “¡Obviamente, estaba completamente equivocada! Se puede ver literalmente cómo la actitud y la respuesta de Jake cambian a medida que empieza a reconocer esta nueva forma de recibirlo en la puerta y a anticiparla».
«Me dijo que empezaba a pensar que yo estaría en la puerta cuando volvía a casa del trabajo y se emocionaba. Me dijo que verme a mí primero, antes de entrar en el ajetreo nocturno de nuestro tiempo en familia, era ese pequeño momento de ‘solo nosotros juntos’. Elegir hacer una pausa de cinco segundos en la preparación de la cena, y elegir ponerme a disposición de mi marido, iluminó su cara más de lo que podría haber previsto».
Pequeños actos de amor
La Sra. Rose grabó estos saludos diarios, pero no se dio cuenta del profundo cambio exterior tanto en ella como en su marido hasta semanas más tarde, cuando volvió a ver las imágenes. Compartió un montaje en su página de Instagram y la respuesta fue inmediata.
«Normalmente puedo calibrar el éxito de una publicación», explica. «Sabía que mi público inmediato apreciaría el vídeo y pensaría que era bonito, pero a los diez minutos de publicarlo me volví hacia Jake y le dije: ‘¡Esta publicación está despegando!».
Rose sospecha que su video se hizo viral por dos razones. En primer lugar, no fue un montaje ni un plan, sino que captó un cambio real tanto en ella como en su marido. En segundo lugar, los espectadores empezaron a ver lo que un acto pequeño y sencillo podría hacer por sus propios matrimonios.
«Los matrimonios fuertes no se construyen con una cita semanal o unas vacaciones anuales; los matrimonios fuertes se construyen con los pequeños actos ordinarios de servicio y amabilidad que elegimos darnos el uno al otro», afirmó.
Mire el emotivo video:
(Cortesía de Bethany Rose)
La Sra. Rose incluso consideró la otra cara de la moneda, señalando lo mucho que le gusta que su marido la reciba cuando vuelve a casa de hacer mandados, para ayudarla a llevar la compra o simplemente para dedicarle un momento de toda su atención. Los usuarios de las redes se sintieron identificados.
«Sorprendentemente, los comentarios positivos superaron con creces a los negativos», aseguró.
«Uno de los comentarios más populares, que recibió casi mil respuestas, hablaba de la «represión de los años 50″ e insinuaba que mi marido me dejaría algún día. Pero otros dejaron comentarios positivos. Una mujer dijo que su consejero se lo dio como consejo para fortalecer su matrimonio; llovieron los comentarios de hombres que afirmaban el valor que esto tiene en su matrimonio, y que los actos simples son literalmente todo lo que quieren».
«Un matrimonio devoto»
La Sra. Rose y su marido han puesto su fe compartida en el centro de su matrimonio y de la educación de sus hijos desde el principio. Ella dice que cuando se casaron sabían que «querían tener un matrimonio devoto» y que las decisiones de su vida matrimonial, sus hijos y su futuro se centrarían en la fe y en Dios.
La pareja dirige Whatever is True Co, una tienda en línea que vende tarjetas con las Escrituras y planes de estudios bíblicos, y presentan juntos el podcast cristiano Whatever Is True Podcast. Como madre que educa en casa, la Sra. Rose también encontró tiempo para trabajar en línea como escritora y fotógrafa y alimentar una comunidad en línea de mujeres cristianas en su página de Instagram.
«Ser madre cambió rápidamente mis prioridades», dijo. «Nada superará jamás los nacimientos de nuestros hijos, y ver a mi marido entrar en acción cuando se desatan mis repentinos y rápidos partos. … Yo soñaba con una carrera sólida y la posibilidad de viajar por todas partes, pero inmediatamente después de quedarme embarazada la primera vez, deseé estar en casa con mi hijo y aprendí con el tiempo cómo estar en casa también podía ser una bendición para mi marido y nuestro matrimonio».
El regreso de su marido marca la transición del trabajo y la educación en casa al tiempo en familia para esta ocupada madre de cinco hijos. La pareja también se asegura de que sus hijos se vayan pronto a la cama, lo que significa tiempo de calidad para ellos y ayuda a mantener fuerte su relación de pareja.
«Vivimos en una cultura centrada en el ‘yo’. Todo el mundo quiere saber qué gana con ello. Cuando nos paramos a pensar en los demás y en lo que los hace sonreír, lo que necesitan y cómo podemos servirles, los matrimonios no solo cambian, sino que prosperan», destacó Rose.
«Piensen en todos sus pequeños actos de amor mutuo a lo largo del día como las pequeñas brasas que encienden el fuego completo. No se crea de la noche a la mañana; requiere esfuerzo y tiempo».
Al final del día, el amor se construye con ladrillos de atención y cariño. La historia de Bethany y Jake Rose nos invita a reflexionar sobre cómo nutrir nuestras propias relaciones. Quizás la clave para un matrimonio fuerte y duradero no se encuentre en grandes gestos, sino en esos momentos fugaces que, día a día, tejen la trama de una vida compartida. ¿Qué pequeño acto de amor podría incorporar hoy para fortalecer su vínculo más preciado?
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