Una joven afgana que tuvo el mejor resultado del país en su examen de ingreso a la universidad, se enfrenta a un futuro incierto luego de la toma de poder de los talibanes.
Salgy Baran es una jovencita de 18 años que creció en una zona rural al este de Afganistán. En 2015 la familia se mudó a Kabul, una ciudad que ofrecía más libertades para las mujeres, según informó AP.
Este año, Baran realizó el examen para ingresar en la Universidad de Ciencias Médicas de Kabul, la principal escuela de medicina de Afganistán. De un aproximado de 174,000 estudiantes que realizaron la prueba, la adolescente obtuvo el puntaje más alto.
Sin embargo, luego de la toma de poder por los talibanes el pasado 15 de este mes, el futuro se vislumbra incierto para Baran, al igual que para miles de afganos.
«Tenía objetivos con el gobierno anterior, había planeado todo durante varios años», dijo Baran. «Pero con este gobierno no puedo decir nada. Incluso el mañana es incierto».
La jovencita decidió estudiar medicina luego que vio fallecer a su padre diabético por una sobredosis de insulina administrada por un médico, cuando ella contaba con solo 7 años. El evento la motivó a ser del tipo de médicos «que no comete errores».
Los talibanes controlaron Afganistán de 1996 a 2001, cuando Estados Unidos lideró la invasión en ese año. A partir de 2002, en ciudades bajo el control afgano, millones de niñas como Baran pudieron asistir a la escuela, algo impensable bajo el control talibán, informó Human Rights Watch.
El pasado martes 17, el grupo terrorista dijo que «El Emirato Islámico de Afganistán ya no quiere que las mujeres sean las víctimas», como parte de la declaración de una amnistía general en la que afirmó que las mujeres pueden trabajar e ir a la escuela y a la universidad.
«El Emirato Islámico de Afganistán está dispuesto a proporcionar a las mujeres [un] entorno para trabajar y estudiar, y la presencia de las mujeres en diferentes estructuras (gubernamentales) de acuerdo con la ley islámica y de acuerdo con nuestros valores culturales», agregó Enamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes.
En un Kabul donde la mayoría de las universidades y oficinas públicas permanecen cerradas, académicos de Afganistán informaron a la Revista Nature que los talibanes «están discutiendo con los directores de las universidades la posibilidad de reiniciar las clases», con la posibilidad de «permitir a las mujeres continuar sus estudios».
Sin embargo, la realidad parece ser diferente, ya que no se sabe con certeza cómo interpreta el grupo terrorista la «ley islámica» con la que regirá la vida de millones de afganas.
A pesar del panorama, Baran confesó no tener miedo, pero dijo sentirse preocupada por su futuro, y se pregunta si los talibanes le permitirán acceder a una educación universitaria, informó AP.
Por otro lado, aunque el 31 de agosto es la fecha fijada para que Estados Unidos retire sus tropas de Afganistán, la familia de Baran no tiene pensado salir del país, pero expresaron su preocupación por lo que vendrá después.
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