Exmodelo busca a Dios tras vivir traumático aborto, ahora difunde mensaje de castidad y esperanza

"Estamos viviendo en una cultura de la muerte...", dice la modelo

Por LOUISE CHAMBERS
18 de octubre de 2022 12:26 PM Actualizado: 18 de octubre de 2022 12:26 PM

Dios y la castidad son el núcleo del mensaje que la exmodelo y actriz colombiana Amada Rose Pérez comparte con otras mujeres.

Pérez se convirtió en modelo en Colombia a los 18 años. Se hizo un nombre representando a marcas famosas y en su papel de Sofía en la popular telenovela La Costeña y El Cachaco. Cuando era más joven, se vio obligada a abortar en aras de su carrera, pero ahora, con 45 años y casada, ha canalizado su inmenso sufrimiento en un testimonio para guiar a las mujeres hacia la verdadera libertad: un camino que comienza con el respeto al propio cuerpo y nunca termina con la tragedia del aborto.

Madre de un hijo de 5 años, Pérez se ha dedicado a su fe espiritual y encuentra fuerza y consuelo en su relación con Dios.

En el centro del mensaje de Pérez está el deseo de animar a las mujeres a tomar las decisiones correctas, y una de las opciones que apoya es la abstinencia antes del matrimonio.

«Nos creemos lo suficientemente maduros para tener relaciones prematrimoniales, pero demasiado inmaduros para asumir la responsabilidad de la maternidad», dijo en una entrevista con Aleteia. «El embarazo es lo más natural que puede resultar de la unión de un hombre y una mujer, pero cuando es fuera del contexto del matrimonio trae miedo y ansiedad».

La exmodelo y actriz colombiana Amada Rose Pérez. (Cortesía de Amada Rose Pérez)

Pérez, ahora defensora de la vida, nunca estuvo a favor del aborto, pero cuando se quedó embarazada hace años, su decisión de interrumpir el embarazo se rigió por un factor común decisivo: el miedo.

«Fui presionada por mi pareja y creí en lo que me decían, que lo más importante eran mis sueños y mi éxito profesional», dijo a la publicación online. «También tuve pensamientos suicidas. Creía que no era digna de seguir viviendo porque había matado a mi hijo, y sufría una fijación en los recuerdos relacionados con el aborto».

Además del trauma psicológico, Pérez quiere que los demás sean conscientes de los posibles riesgos físicos del aborto, como la esterilidad, el daño a los órganos internos de la mujer y la posible muerte. Pero cree que una de las «consecuencias más comunes» de la interrupción de un embarazo es la pérdida de la ternura del corazón.

Pérez dijo que tiene la oportunidad de dar su testimonio por «la gracia de Dios», pero sabe que hay muchas mujeres creyentes a las que les cuesta hablar de sus abortos porque «es demasiado doloroso y vergonzoso».

«Las que han abortado y parecen tranquilas solo guardan las apariencias; yo salía en las entrevistas sonriendo, pero por dentro tenía el corazón roto», dijo al medio.

(Cortesía de Amada Rose Pérez)

El 21 de febrero se legalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24 de gestación. Aunque los defensores del aborto han acuñado la frase «interrupción voluntaria del embarazo» para apoyar la legalización, Pérez tiene un problema con este eufemismo.

«¿Y si quiero reanudar mi embarazo? ¿Quién me devuelve a mis hijos?», dijo a Aleteia. «Vivimos en una cultura de la muerte que quiere quitar el valor de la maternidad, y está dañando la mente y el corazón de las niñas y mujeres que piensan que si acaban con la vida de sus hijos serán libres. Al contrario, eso las convierte en esclavas.

«Lo que debemos preguntarnos es quién está detrás de esto. Detrás del aborto hay un gran negocio dirigido por hombres que hacen creer a las mujeres que están luchando por sus derechos, cuando lo que hacen es perjudicar su salud física, mental, emocional y espiritual».

Amada Rose Pérez y su marido mientras estaba embarazada de su hijo, que ahora tiene cinco años. (Cortesía de Amada Rose Pérez)

En el controvertido caso de los bebés concebidos en una violación, Pérez sostiene que la culpa es del violador, y aboga por un mejor apoyo a las mujeres y a los bebés.

«No conozco a ninguna mujer que haya abortado y no haya vivido un infierno, pero conozco a muchas madres que han tenido a sus hijos y son su mayor bendición y su felicidad», dijo Pérez, que habla públicamente y comparte mensajes inspiradores en su página de Instagram.

Le dijo a Aleteia: «Soy simplemente un grano de arena. Dios me permitió ser una figura pública para dar sus mensajes. Solo le pido que no me suelte nunca y que pueda hacer su voluntad».


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