La familia de un anciano gravemente enfermo que se encontraba recluido de forma aislada, pudo decir su último adiós, después de que los bomberos elevaron a su familia hasta la ventana del cuarto piso de un hogar de cuidado residencial.
Cuando la familia de Henry Nijhove recibió la noticia de que era poco probable que su pariente mayor sobreviviera mucho más tiempo, estaban decididos a encontrar una manera de despedirse. Según lo informado por el Daily Mail, Henry, de 87 años, quizás nunca hubiera podido volver a ver a su familia, debido a las estrictas medidas de cierre, si no fuera por la brillante idea de su nieta.
El hogar de cuidado residencial Anton de Komplein, en la capital holandesa de Amsterdam, donde residía Henry, prohíbe estrictamente las visitas durante el cierre para ayudar a prevenir la propagación del virus del PCCh. Aunque, se cree que la enfermedad de Henry no estaba relacionada con el virus.
La nieta del paciente moribundo, Chanté, desesperada por ver a su abuelo, decidió llamar a la brigada de bomberos local para pedir ayuda para facilitar la visita a Henry.
«Decidí ser un poco traviesa y contacté a la brigada de bomberos», dijo Chanté al medio de comunicación AT5 con sede en Amsterdam. «No escribí cartas elegantes, simplemente les llamé y les conté la historia».
El servicio de bomberos voluntariamente, envió un equipo al hogar de cuidado de Henry el 15 de abril de 2020. Luego, los bomberos llevaron a los miembros de la familia a la ventana del cuarto piso de su pariente enfermo, de a dos, como recogiendo cerezas. La inusual solución permitió a la familia pasar varias horas cerca de Henry, comunicándose a través de la transparencia de la ventana.
«No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy de que esto fuera posible», reflexionó Chanté, «y de que se nos permitió hacer esto». Según The Mirror, Chanté reveló que su familia no había podido visitar a Henry desde el 19 de marzo, debido a las medidas de aislamiento implementadas para detener la propagación del virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
La hija de Henry, Mildred, también expresó su gratitud por tener la oportunidad de poder ver a su padre por última vez. «Esta era prácticamente la única forma en que podía volver a ver a sus nietos», comentó Mildred a AT5.
Según Chanté, la familia hubiera preferido darle un beso y un último abrazo a su amado patriarca, pero también apreciaron la despedida que fue posible durante estos tiempos, sin precedentes, y agregó que era «mejor que nada».
«Prefiero tener esto que hacer videollamadas porque aquí todavía puede ver que estás físicamente allí», señaló Chanté. «Es como dije, somos una familia muy unida y mi abuelo es realmente todo para nosotros».
Las autoridades holandesas estiman que aproximadamente un tercio de los hogares de ancianos en los Países Bajos sufrieron al menos de un caso del virus del PCCh entre sus residentes, según informó el Instituto Nacional de Salud Pública del país. A partir del 16 de abril, se reconoce que el virus se está propagando dentro de los hogares de ancianos.
A pesar de la propagación, y a pesar de las restricciones de cierre, la familia de Henry todavía logró compartir un último adiós con su amado pariente gracias a la gran determinación, un poco de imaginación y un equipo de bomberos solidarios.
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