Llegar a la tercera edad puede ser una etapa difícil para los perritos si no se tienen los cuidados necesarios. Un springer spaniel inglés tuvo la fortuna de contar con los cuidados básicos y más, ¡al dormir con sus dueños en sus últimos días de vida!
Spike tenía 5 años cuando fue adoptado por la familia de Catherine Morris en el 2012, del refugio Dogs Trust. Solo había pasado un año que la familia había perdido a su perro «viejo», que fue rescatado de cachorro.
«Spike tuvo varios hogares antes que nosotros y no podemos entender cómo alguien pudo renunciar a él, pero estamos muy contentos de que haya llegado hasta nosotros», dijo Morris a Bored Panda.
Spike se sintió de inmediato en su propio hogar, al punto que creía que todo lo que había en casa era para compartir. Ya fuera comida, alguna bebida dejada por accidente en el piso, o el espacio personal de los dueños de la casa, la familia tenía que «vigilarlo muy de cerca», dijo Morris.
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«La primera noche que lo tuvimos, cerramos la puerta de la escalera y nos fuimos a la cama», dijo Morris a The Dodo.
“¡Él lloriqueó por un par de minutos antes de saltar por encima de la puerta en la oscuridad y correr hacia la habitación de mis padres y directamente a la cama! Y ahí es donde durmió desde entonces», agregó.
La familia vivió felizmente junto a su peludo amigo, hasta que llegaron las complicaciones propias de la edad adulta… de Spike, claro, cuando llegó a los 14 años.
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El can sufrió dos derrames cerebrales, pero luego del segundo, Spike ya no pudo caminar. Sin embargo, el perrito estaba decidido a recuperarse y continuar haciendo travesuras en su hogar.
Y así fue, excepto que el perrito ya no pudo subir más las escaleras. Esto le impidió dormir con los padres de Morris, que era la habitación donde había dormido los últimos 9 años.
La familia se compadeció de su fiel can, y decidió acondicionar un sofá donde podía dormir… ¡turnándose entre ellos para acompañarlo!
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«Nos turnamos para dormir abajo con él», publicó Morris en un Instagram de Spike. «Está feliz porque todavía recibe sus abrazos, y nosotros estamos felices porque todavía tenemos nuestros abrazos».
Spike y el padre de Morris formaron un vínculo tan fuerte, que ayudaba al can a comer con su propia mano —para asegurarse que comiera sus medicamentos— y le acercaba la comida, de acuerdo a The Dodo.
«Son absolutamente inseparables. Mi papá lo llama ‘frijol viejo’ y siempre están charlando», dijo Morris.
Después de haber vivido una vida feliz junto a la familia Morris, Spike falleció a principios de agosto de este año.
«Tuvimos que decir adiós a nuestro precioso niño a principios de esta semana. Gracias a todos por quererlo y darle a su perro un abrazo extra de nuestra parte», compartió Morris en Instagram.
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