A medida que se rinden homenajes a las víctimas de la escuela primaria Uvalde, también comenzaron a surgir historias sobre las vidas de los 19 niños y las 2 maestras que fallecieron el fatal día.
«Era simplemente un niño de 10 años cariñoso que disfrutaba de la vida, sin saber que hoy iba a ocurrir esta tragedia», relató Lisa Garza a Los Angeles Times, quien era prima de Xavier López, uno de los 19 niños de cuarto grado que falleció el martes pasado en la Escuela Primaria Robb de la localidad de Uvalde, en el suroeste de Texas.
«Era muy jovial. Le encantaba bailar con sus hermanos y con su madre. Esto nos ha afectado a todos», agregó.
Luego de difundirse el nombre de las víctimas del tiroteo, también comenzó a surgir un poco de la historia de cada una y cómo las describen sus seres queridos.
Vincent Salazar dijo que a su hija de 11 años, Layla, le encantaba nadar y bailar. Sus hermanos la describen como una niña dulce, positiva y llena de energía. La familia se enteró del tiroteo por un mensaje de texto del distrito escolar.
«Intenté ir a la escuela, pero no pude, no dejaban pasar a nadie a ningún lado. Y luego recibí otro mensaje de texto diciendo que recogiera a los estudiantes en el Centro Cívico en el centro», explicó Salazar.
La noche del martes el padre de Layla supo que su hija era una de las víctimas, luego de confirmarse mediante una prueba de ADN.
Maite Rodríguez, de diez años, tuvo una etapa escolar difícil durante la pandemia, en la que inició con notas bajas. Pero este año dio un giro y entró en el cuadro de honor con todas las A y las B. Su familia compartió que el día de su muerte debió ser un día de triunfo para ella.
«Ella trabajaba mucho. Yo solo la animaba y le ayudaba cuando podía. Pero era ella. Y se esforzó hasta llegar a la categoría A/B del cuadro de honor. Ese día, en realidad ella recibía otro premio», compartió Ana Rodríguez, madre de la pequeña.
Eva Mireles, una de las profesoras del grupo, fue educadora durante 17 años y estuvo trabajando junto a la maestra Irma García cinco años. Ambas murieron tratando de proteger a sus alumnos.
«Mamá, eres una heroína. Sigo diciéndome a mí misma que esto no es real. Solo quiero escuchar tu voz», escribió en Twitter Adalynn, hija de Mireles, y agregó: «Quiero agradecerte, mamá, por ser una gran inspiración para mí. Siempre estaré muy orgullosa de ser tu hija. Mi dulce mami, te veré de nuevo».
García, por su parte, tenía 23 años como docente en la escuela primaria de Robb y era madre de 4 hijos de 23, 19, 15 y 13 años. Desafortunadamente, la tragedia se extendió a la familia de la profesora.
Su esposo, Joe García, falleció el jueves de un aparente ataque al corazón. La familia dijo en GoFundMe que Joe murió de pena, tras perder al amor de su vida de más de 25 años.
«Joe e Irma miran hacia abajo y sonríen sabiendo que cuidarán de estos niños. Dios bendiga a todos los afectados por este horrible evento y que Dios bendiga a Uvalde, Texas», escribió Debra Austin, una sobrina de la pareja.
Mientras tanto, un monumento improvisado permanece en un jardín de la escuela primaria Robb, lleno de flores, juguetes, carteles y cruces con los nombres de las 21 víctimas.
El tiroteo en la escuela se cobró la vida de 19 niños y dos profesores y fue llevado a cabo por Salvador Ramos, de 18 años, quien fue abatido justo antes de la 1 de la tarde, unos 90 minutos después de llegar a la escuela Robb.
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