Famosa actriz colombiana habla del dolor después de abortar 3 veces en su juventud

Después de un encuentro espiritual consigo misma, la colombiana Amada Rosa Pérez se retiró del mundo del modelaje y la actuación, lo que la llevó a replantearse su rol de mujer tras haber abortado tres veces.

Amada Rosa Pérez, famosa actriz y modelo colombiana, recuerda vívidamente que, en medio de «presiones, angustia y soledad», abortó tres veces.

Convencida de que la herida en su ser tras tomar la difícil decisión, es la misma que comparten todas las mujeres que han abortado, dedica gran parte de su tiempo a difundir su historia.

Cuando tenía 15 años, Pérez dejó Corozal, Sucre, su pequeño pueblo en el caribe colombiano, con la ilusión de «tener dinero, poder y riquezas», explicó en un video.

A los 18, la invitaron para ser modelo luego que fue vista en un gimnasio, debido a su gran parecido a una famosa modelo europea. De inmediato comenzó a prepararse tomando cursos de modelaje, actuación y maquillaje, que poco a poco la fueron «envolviendo».

Debido a su gran belleza, Pérez se posicionó rápidamente como modelo. Sin embargo, eso la llevó a formar un culto al cuerpo que la inundó de estrés por mantener una apariencia externa perfecta.

«Me importaban las cosas materiales y no disfrutaba de la vida y las cosas sencillas», recordó Pérez. «Aunque en el fondo, guardaba la esencia que mis papás, cuando estaba pequeña, me inculcaron: los buenos valores y los principios».

También llegó a ser la imagen de marcas importantes y actriz en telenovelas colombianas. Sin embargo, dentro de su ser, Pérez comenzó a sentir «que algo le hacía falta», y ahora sabe «jamás iba a encontrar en el mundo».

«Yo tenía todo y no tenía nada. Estaba llena, pero llena de vacíos», reflexionó la exmodelo.

Y en medio de todo, se enfrentó a embarazos no planeados. Aunque no era partidaria del aborto, explicó en entrevista a Aleteia por qué decidió hacerlo:

«Cometí aborto por miedo, porque estuve presionada por la pareja y creí en lo que me decían, que lo más importante eran mis sueños y mi éxito profesional».

Como resultado de sus decisiones, Pérez comenzó a sentir una «culpa que carcome el alma», y que además le generó ansiedad, depresión profunda, vacío emocional y pesadillas.

Además, Pérez confesó tener pensamientos suicidas, debido a que se sentía indigna de continuar viviendo por haber «matado a mi hijo».

Solo hasta que tuvo un problema de salud, derivado de una malformación genética que le ocasionaba escuchar al 50%, comenzó a refugiarse en la oración, que poco a poco la llevó buscar una paz que recordó haber sentido en una iglesia en Egipto, durante uno de sus viajes de trabajo.

«Sentí humildad», expresó en un video, y una tranquilidad en el corazón que sí llenaba el vacío con el que vivía y que mucho tiempo trató de mitigar.

La joven se aferró a ese recuerdo y gradualmente fue cambiando tras iniciar una búsqueda del verdadero significado de la vida por medio de la oración y poner a Dios y sus principios morales en primer lugar.

A los 33 años, la joven decidió retirarse del modelaje y la actuación, y siete años después se casó y nació su primer hijo, que ahora tiene 5 años.

Sin embargo, Pérez no dejó del todo la vida pública, ya que actualmente comparte su testimonio de vida y es muy activa en redes sociales.

«No conozco a la primera mujer que haya abortado y no haya vivido ese infierno, pero conozco a muchas mamás que han tenido a sus hijos y son su mayor bendición y su felicidad», dijo a Aleteia.

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