Unos gemelos prematuros nacidos a las 22 semanas, a los que se les daban un cero por ciento de posibilidades de sobrevivir, han superado unas probabilidades imposibles y han demostrado a sus médicos que estaban equivocados. A la edad de un año, los pequeños prosperan y además ostentan el título del récord Guinness de «gemelos más prematuros del mundo».
Cuando la madre, Shakina Rajendram, de Ontario, Canadá, comenzó el trabajo de parto con 21 semanas y cinco días, ella y su marido, Kevin Nadarajah, estaban desolados. Los médicos dijeron que sus bebés «no eran viables».
«Cuando entré en labor de parto, a los bebés se les negaron todas las medidas de soporte vital en el hospital en el que fui ingresada y casi se les dejó morir», declaró al Récord Mundial Guinness Shakina, que había sufrido un aborto espontáneo durante su primer embarazo en el mismo hospital unos meses antes.
A Shakina solo le ofrecieron «cuidados de confort», es decir, que tras el parto podría tener a sus bebés en brazos hasta que murieran. Kevin recuerda una noche en vela en la que él y su esposa, ambos cristianos devotos, rezaron por un milagro.
Al segundo día de labor de parto, la esperanza de la pareja se renovó cuando Shakina fue trasladada al Hospital Mount Sinai de Toronto, un centro especializado en reanimar a bebés de 22 semanas. No obstante, Shakina y Kevin fueron advertidos de que si los bebés nacían incluso momentos antes de cumplir las 22 semanas, no se salvarían.
Shakina había estado sangrando mucho durante todo el día, pero aun así intentó retener a sus bebés. Sin embargo, 30 minutos antes de medianoche, la víspera de la semana 22, creyó romper aguas. Pensé que era el momento. Van a morir, y va a ser por mi culpa».
Sin embargo, fue una falsa alarma. Las gemelas Adiah Laelynn y Adrial Luka nacieron pasada la medianoche del 4 de marzo de 2022, justo cuando cumplían 22 semanas de gestación. Adiah nació 23 minutos antes que su hermano, con un peso de tan solo 330 gramos, y Adrial nació con 420 gramos. Con un peso combinado de 750 gramos, fueron los gemelos más livianos de la historia.
Ambos fueron reanimados y trasladados a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del hospital, donde permanecieron casi seis meses.
Durante esos seis meses, los gemelos se enfrentaron a innumerables complicaciones, como hemorragias cerebrales, sepsis, administración de fluidos y piel fina como el papel. A las dos semanas, Adrial sufrió una perforación intestinal que le provocó una infección del torrente sanguíneo e inflamación en todo el cuerpo. Su piel se pelaba cada vez que había que cambiarle el catéter.
Los padres de los gemelos vieron cómo ambos bebés estuvieron a punto de morir varias veces, pero «mientras la gente rezaba, las cosas cambiaban milagrosamente».
Shakina y Kevin estaban decididos a que sus gemelos tuvieran una oportunidad plena de vivir a pesar de que les aconsejaron varias veces que retiraran los cuidados. Se centraron en los progresos de Adiah y Adrial, pasando hasta 12 horas al día en la UCIN sosteniendo las manos de sus bebés y cantándoles.
Tras una larga y dura batalla, Adiah recibió el alta tras 161 días en la UCIN y Adrial siete días después. A ambos les retiraron las sondas de respiración y alimentación antes de irse a casa.
Por la increíble hazaña de sobrevivir contra pronósticos imposibles, los gemelos fueron reconocidos con un Récord Mundial Guinness nacidos 126 días antes de tiempo. Habían batido el récord anterior de 125 días, establecido por las gemelas nacidas en Estados Unidos Keeley y Kambry Ewoldt.
Con un peso de 13.2 libras (6 kg), Adiah ha crecido «realmente bien». Cumple todos los hitos de su «edad corregida», que es su edad cronológica menos el número de semanas de adelanto con que nació.
«Es una bebé muy feliz y sociable, y sonríe todo el día. Es muy charlatana y mantiene ‘conversaciones’ con nosotros y con sus juguetes durante horas», dice Shakina.
Mientras tanto, Adrial, que ha tenido dos ingresos hospitalarios desde que fue dado de alta por infecciones y problemas respiratorios, es ahora más grande que su gemela y está «progresando bien». Lleva con oxígeno desde su última visita al hospital.
Su madre lo describe como «observador, atento e inteligente». Al igual que a sus padres, también le encanta la música.
Los gemelos siguen bajo la observación de un enorme equipo de especialistas médicos. Pero, habiendo superado los pronósticos, están superando las expectativas de todos a medida que crecen y prosperan.
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