El entonces estudiante de ingeniería química Scott Manguia quería resolver algunos de los problemas de contaminación del mundo. Siete años después, una empresa mexicana que él creó está convirtiendo los aguacates en plástico 100 por ciento biodegradable. Ese es un logro que va por buen camino y que da vida a su noble objetivo.
Scott ahora dirige una compañía llamada Biofase. Lo que hacen con los biorresiduos como las semillas de aguacate, es simplemente genial. Pasaron de producir resina plástica a producir cubiertos de plástico; recientemente comenzaron a hacer pajillas plásticas, todas de aguacate desechado y todas completamente seguras para el medio ambiente.
Volviendo al comienzo de la idea, en 2012, cuando Scott todavía era estudiante de ingeniería, estaba buscando una fuente confiable de plástico biodegradable, lo que contribuiría en gran medida a resolver algunos de los problemas de los residuos en el mundo. Estaba probando las propiedades de varios materiales: huesos de mango y semillas de sapote, etc. Por casualidad vio una imagen en un papel que estaba leyendo de una molécula de maíz que se estaba usando para crear bioplástico.
Eso es lo que le dio la idea de usar semillas de aguacate de una manera similar. Y así fue como Biofase comenzó a funcionar.
Scott tardó un año y medio en encontrar la forma de extraer un compuesto químico de la semilla. Una vez que el biopolímero fue aislado, fueron capaces de darle cualquier forma, tenedores, cuchillos, igual que el plástico. Lo que hizo que este tipo de plástico fuera especial, es que mientras que el plástico normal puede tardar 100 años en biodegradarse, el plástico hecho de la semilla de aguacate solo tardó unos pocos meses, 240 días en exponerse a los elementos o en ser enterrado en la tierra.
En 2013, el proceso había sido patentado. Biofase puso en marcha su primera planta dos años después. Al principio, solo vendían resina plástica biodegradable como materia prima. En el 2016, tenían una segunda planta en funcionamiento, donde comenzaron a fabricar cubiertos de bioplástico. El pasado mes de febrero, comenzaron a hacer pajillas.
En el proceso de dirigir una empresa, Scott pronto se dio cuenta que los clientes eran reacios a pagar más por un producto respetuoso con el medio ambiente. El bioplástico típico cuesta 40 por ciento más que el plástico normal a base de petróleo. Sin embargo, donde el bioplástico hecho de sustancias alimenticias (maíz) cuesta más, los productos de Biofase basados en sustancias de desecho (semillas de aguacate) reducen enormemente el costo. Esto, según su vídeo, les permite producir «al mismo precio que los plásticos normales». Esto hace de Biofase una verdadera alternativa, tanto económica como ambiental.
México produce la mitad de los aguacates del mundo con más desperdicios de semillas de aguacate que en ningún otro lugar. La mayoría de los cuales terminan en vertederos.
Mientras tanto, el mercado mundial actual de bioplásticos es de 5800 millones de dólares, según Bioplastic News.
En la actualidad, Biofase produce 130 toneladas de productos, de las cuales el 40 por ciento son pajillas. Cada día, utilizan 15 toneladas de semillas de aguacate, que obtienen de Simplot, una empresa de alimentos de Estados Unidos. Sus productos se venden a cadenas de restaurantes como Chilis’s Bar and Grill y Fiesta Americana.
México es su segundo mercado más grande, mientras que el 8 por ciento de sus productos se exportan a países como Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Perú y Colombia. Por lo tanto, parece que Biofase parece tener un buen comienzo. Si el mercado global se acelera más ampliamente, puede ser una solución para los desechos plásticos que todo el mundo puede celebrar.
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