El mundo puede estar creciendo en población, pero el espacio entre nosotros —no solo físicamente, sino socialmente— cada año se vuelve más pequeño. Con los grandes avances realizados tanto en los viajes como en las comunicaciones, aparentemente cada vez que nos damos la vuelta, nunca ha sido más fácil comunicarse entre nosotros alrededor del mundo.
Sin embargo, para aquellos que tienen problemas de audición, puede ser difícil encontrar puntos en común con los demás. Eso es en lo que un joven ingeniero de Kenia decidió centrarse cuando creó un par de guantes diseñados específicamente para cerrar esa brecha y, con el tiempo, inventos como el suyo puedan ser la clave para ayudar incluso a aquellos con deficiencias auditivas a comunicarse con todos los que les rodean.
Roy Allela, de 25 años, es un ingeniero que trabaja para Intel y enseña en la Universidad de Oxford. Pero en su país, Kenia, tiene una sobrina de 6 años que nació sorda de padres que no saben la lengua de señas. La barrera de la comunicación la dejó sintiéndose aislada cuando era niña, incapaz de transmitir sus puntos de vista a su propia familia.
Con su sobrina en mente, Roy inventó un par de guantes llamados Sign-IO. Cada guante tiene sensores montados en los dedos, lo que permite que una computadora portátil detecte los movimientos de la mano y transmita las señas que se hacen a una aplicación en el teléfono móvil de la persona a través de Bluetooth.
A partir de ahí, las señas se traducen en texto para pasar a lenguaje oral, que luego se transmite por la aplicación telefónica para que otros lo escuchen. La función de texto a voz ayuda a aquellos que no entienden la lengua de señas a entender lo que se les está diciendo, lo que puede hacer posible que las personas sordas o con problemas de audición hablen fácilmente con quienes les rodean.
«Mi sobrina usa los guantes, los empareja con su teléfono o el mío, luego empieza a signar y puedo entender lo que está diciendo. Como todos los usuarios de la lengua de señas, es muy buena leyendo los labios, así que no necesita que yo le devuelva las señas», explicó Roy en una entrevista con The Guardian.
Roy tomó los guantes y los piloteó en una escuela de necesidades especiales en una pequeña comunidad keniana, resolviendo los problemas de la aplicación con la que se emparejan los guantes. El mayor obstáculo, explicó, era averiguar cómo regular la velocidad de los resultados de texto a audio, ya que algunos signantes se comunican mucho más rápido o mucho más despacio que otros.
Se estima que los guantes tienen una tasa de precisión del 93 por ciento, lo que demuestra un gran paso para la comunidad sorda en su intento de navegar por el mundo sin que todos tengan que aprender la lengua de señas.
Sin embargo, no solo son útiles; Roy explicó que los ha diseñado para que los niños puedan elegir un par que tengan un diseño genial, ayudando a los usuarios a sentirse como Cenicienta o Spider-Man, ya que llevan algo que les ayuda durante la vida.
«Combate el estigma asociado con ser sordo y tener un impedimento del habla. Si los guantes se ven bien, todos los niños querrán saber por qué los llevan puestos», dijo.
Los guantes tendrán que seguir siendo viables para que las familias de todas las profesiones y condiciones sociales tengan acceso a ellos. Pero por ahora, Sign-IO tiene un enorme potencial para cerrar la brecha entre la comunidad con discapacidad auditiva y el resto del mundo, permitiéndoles contribuir al mundo de formas que antes eran literalmente desconocidas.
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