Dos hermanos que fueron adoptados por separado cuando eran niños se reunieron nuevamente después de décadas. Descubrieron que llevaban «vidas similares» en el mismo estado, Nueva York, pero nunca supieron que el otro hermano existía, hasta hace poco.
«Nos encantaría dar a conocer [nuestra] historia para que otros adoptados no tengan que esperar tanto como nosotros para estar unidos», dijo Monica Schuss a The Epoch Times.
Monica creció como hija única y siempre se preguntaba si tendría un hermano.
«Toda mi vida quise saber si tenía hermanos o hermanas. Crecí como hija única», dijo Monica a NBC. «Uno se pregunta qué hay ahí fuera».
Su hermano biológico, John Tomanelli, 7 años menor que Monica, siempre se preguntaba lo mismo.
Con el fin de resolver sus dudas, en los años 90, tanto John como Mónica se inscribieron en el registro de adopciones del estado de Nueva York. Esperaban que los guiara hacia la verdad de su origen.
Pero después de casi tres décadas sin una respuesta, la pareja empezó a perder sus ilusión de saber si tenían un hermano.
«Uno tiene la esperanza, y luego la esperanza va disminuyendo con el paso de los años cuando no ocurre nada», dijo John en una entrevista con NBC.
Pero esa esperanza se reavivó cuando, 27 años después de inscribirse en el registro de adopciones, cada uno recibió una carta por correo diciendo que tenía un hermano. En ese momento, Monica vivía en Queens y John en Long Island. Se sorprendieron y se sintieron felices al descubrir que tenían un hermano biológico que vivía en el mismo estado.
«Me dije: ‘¿Tengo una hermana? Dios mío, esto es fantástico», dice John.
Decidieron conocerse en un restaurante y, según el programa «On a Positive Note» de Long Island News12, tuvieron una conexión instantánea.
«Los dos teníamos sonrisas», relató John. «Nos abrazamos inmediatamente».
«Fue como si estuviéramos destinados a estar juntos», añadió Mónica durante la entrevista con News12. «Era como si nos conociéramos, aunque no lo hiciéramos».
Pronto descubrieron que comparten el mismo interés: hacer pan de soda irlandés desde cero.
Tienen muchas otras cosas sorprendentes en común, como un cumpleaños compartido. Ambos hermanos se divorciaron el mismo año y los dos habían perdido a su madre adoptiva.
«Fue muy extraño que nuestras vidas fueran paralelas», dice Mónica.
Ahora, los hermanos se dedican a recuperar el tiempo perdido; incluso se fueron a vivir juntos durante la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«Ya saben, peleamos», se ríe Mónica. «[Tenemos] que hacerlo».
Añadieron que están buscando formas de ayudar a otros hermanos adoptados a encontrarse más rápidamente, para que no pierdan tanto tiempo para reunirse.
«Esperamos poder ayudar a esas personas a encontrar lo que nosotros encontramos», explicó Mónica.
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