Dos hermanos chilenos de 13 y 10 años de edad, suben diariamente a la cima de un cerro cerca de su casa en una localidad rural para “agarrar” señal de internet y poder tomar sus clases en línea durante la pandemia. A pesar del esfuerzo diario que hacen, tienen una gran actitud y son felices con su estilo de vida.
Andry de 13 años y Manuel de 10 años de edad, son hijos de Verónica Azola Cortés y Manuel Rivera. La familia Rivera Azola que vive en la localidad de Las Minillas, en la comuna de Vicuña en Chile, se dedica al pastoreo, pues el lugar donde residen es un lugar perfecto para la crianza de las cabras, informó el diario La Región.
Estos dos estudiantes de 6° y 8° grado respectivamente, se dedican a ayudar a su padre en las labores diarias con los animales, pero además cumplen con sus estudios en línea impulsados por su madre, quien diariamente los acompaña hasta la cima de un “cerrito” para poder conectarse con su computadora y su celular.
Todos los días por la mañana, los dos niños, cargan con una carretilla, una mesa y unas cajas para utilizar como banquitos; al llegar a la cima se acomodan y comienzan a estudiar a las 8:30 de la mañana. A pesar del sol, estos dos estudiantes cumplen con su responsabilidad y normalmente cumplen con todos sus deberes, de no ser porque la señal les haga una mala jugada y no puedan conectarse a la clase, según una entrevista con Tele 13.
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“Estamos en un lugar muy pobre, donde no hay agua y sin internet, y aún estamos luchando para conectarnos, si no nos conectamos perdimos materia y entonces no podemos pasar de curso”, dijo Manuel según La Región.
Andry el hermano mayor explicó que es “difícil traer las cosas para acá”, pues “la conexión es mala, el sol es fuerte, uno pasa acá sentado estudiando y cuesta”. Sin embargo, también dijo que es el único lugar donde puede agarrar la señal. Por otro lado, el joven de 13 años explicó que aunque sabe que es difícil, también le “gusta esta vida”.
Otra de las dificultades a la que se enfrentan estos hermanos es la electricidad, pues evidentemente no pueden cargar sus dispositivos en medio del cerro. Por lo cual utilizan un pequeño panel solar, que cargan diariamente.
«Tenemos un aparatito pequeño que es solar, pero no es suficiente. La carga es muy lenta, entonces a veces hay que ir al pueblo a cargarlos», explicó la madre.
Los dos hermanos, como muchos niños, tienen algunas ideas de lo que quisieran realizar en el futuro. Andry dice que le gustaría ser veterinario, para ayudar a los campesinos con sus animales y Manuel explica que quiere ser jinete.
Por su lado la madre, es un ejemplo de mujer, al ejercer su rol dentro de la familia, ella apoya a sus hijos y los impulsa a seguir hacia adelante. «Es bien sacrificado, pero se puede, se puede y se complementa con todo. Una como mujer es especialista en hacer muchas cosas a la vez: estar acá, ver a los niños, ayudar», afirma la madre chilena.
“Este es el trabajo de nosotros, el de criancero, y con esto de la pandemia salimos para acá, para Las Minillas, por el tema de los animales, nosotros tenemos casa en Calingasta”, explicó Manuel Rivera, el padre de familia, quien alimenta las cabras y prepara los quesos que posteriormente salen a vender.
El padre también explicó en una entrevista con Meganoticias que él “se crió en esto”, y que parte del esfuerzo que realiza diariamente es para que ellos estudien y puedan llegar a tener una carrera, y estén “mejor que nosotros”.
“Estoy orgulloso de ellos, están luchando para salir adelante y ser mejor que uno, esto es lo que yo más deseaba”, dijo según La Región.
Una familia que demuestra que estando unidos y con una actitud positiva frente a cualquier circunstancia en la que uno se encuentre en la vida, uno puede salir adelante y al mismo tiempo disfrutar de lo que lo que se encuentra en nuestro camino.
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