El empresario en auge tuvo que darse prisa para explicar el funcionamiento de sus operaciones; su examen final sería dentro de una hora.
Kirk McKinney, de 20 años, convierte la basura en un tesoro al retirarla para obtener dinero en efectivo junto con su hermano menor y socio comercial, Jacob McKinney, de 18 años, que acaba de graduarse de la escuela secundaria. Viven en Needham, Massachusetts, donde poseen tres camiones volquete valorados en 80 mil dólares, dirigen un equipo joven, bullicioso y musculoso, y realizan alrededor de 30 trabajos a la semana. Los hermanos McKinney están inundados de basura y ganancias.
Y todo empezó con un viaje al vertedero en 2019.
«Vendí mi primera radio por 50 dólares», dijo el Sr. Kirk McKinney a The Epoch Times.
A los 15 años, trabajar en la tienda de comestibles local, Roche Bros, le resultaba poco gratificante. Pero también estaba recogiendo valiosos equipos de audio en el depósito de chatarra, hasta el punto que su madre se quejó de que su dormitorio estaba lleno de parlantes de alta gama que estaban usados pero que aún funcionaban perfectamente.
Ella le dijo que los tirara. Comenzó a venderlos y, en cambio, lo convirtió en su negocio. Y el resto es historia.
«No me gustaba trabajar en el supermercado», dijo al periódico. «Una vez que me di cuenta de que podía seguir [vendiendo basura] y que ganaba más de lo que ganaba en el supermercado, fue cuando presenté mi aviso de dos semanas y comencé a vender basura a tiempo completo».
De repente, descubrió que amaba cada segundo de trabajar para sí mismo y, después de unos dos años, reclutó a su hermano. Entraron como socios comerciales, el hermano mayor tenía sólo 17 años y el menor 15.
A partir de ahí, se presentó una oportunidad mayor cuando conocieron a profesionales en el lugar que les enseñaron sobre la eliminación de basura, y los hermanos McKinney entraron en su primera camioneta, una camioneta usada por 4 mil dólares. A través del boca a boca, los pedidos comenzaron a llegar.
La temporada de impuestos 2022 llegó con una revelación. «Analizamos todo el dinero que ganamos y nos dimos cuenta de que queríamos reinvertirlo todo en nuestro negocio», dijo Kirk McKinney. «Fue entonces cuando compramos nuestro primer camión volquete». Era un Isuzu nuevo por 80 mil dólares.
Los hermanos de Needham ven el cielo como el límite. Si bien al principio tenían ayudantes ocasionales de la escuela secundaria, realmente comenzaron a contratar en 2023 (todavía en su mayoría amigos de la escuela). La teneduría de libros, la contabilidad y algunas tareas de marketing se subcontratan. En cierto momento, el negocio adoptó una nueva estructura donde los hermanos asumieron puestos más altos, abordando menos trabajo pesado y más responsabilidad en su empresa: Junk Teens Junk Removal.
Como resultado de su crecimiento, en los hermanos surgió espontáneamente un instinto empresarial natural.
Recopilaciones de vídeos como esta ayudaron a que el negocio creciera en las redes sociales. (Cortesía de Junk Teens Junk Removal)
«La clave para que todo funcione es delegar adecuadamente», dijo el hermano mayor. «Se trata de a quién tienes y cómo consigues que te ayuden. Y al final del día, todo se trata de tu equipo».
Se propusieron contratar gente joven, como ellos, para inculcarles inspiración y una nueva ética de trabajo. Después de encontrar el éxito, los hermanos quieren retribuir, ayudando a los adolescentes a salir y aprender habilidades para la vida que conservarán para siempre.
¿Y el colegio? Los hermanos no han terminado su educación. Aún no. Mientras dirigen Junk Teens, buscan conocimientos para convertirlos en mejores empresarios.
Mientras toma cursos de negocios en Babson College, el Sr. Kirk McKinney se las arregla como un flotador y es un visionario que se aventura a generar valor indirecto para Junk Teens en las redes sociales como una inversión de marketing a largo plazo.
Al terminar la escuela secundaria este año, el Sr. Jacob McKinney, que asistirá a la misma universidad que su hermano, desempeña simultáneamente un papel más práctico en el negocio, gestionando el equipo, creando horarios, interactuando con los clientes y obteniendo cotizaciones.
«Soy bueno en la resolución estratégica de problemas», dijo el Sr. Kirk McKinney. «Todavía me gusta entrar y ayudar a los muchachos, trabajar con ellos y estar en las operaciones. No es como si estuviéramos descansando y relajándonos durante las vacaciones administrando nuestro negocio».
De cara al futuro, este año invirtieron en un tercer camión volquete y están previstas más ampliaciones en el futuro. Hoy en día, la única pregunta que les queda pendiente es la siguiente: ¿Hasta qué punto pueden llegar a ser grandes?
«Nos hemos centrado en ampliar nuestro negocio», afirmó Kirk McKinney. «Es simplemente un tipo de trabajo diferente y un tipo de atención diferente que cuando empezamos, cuando sólo trabajábamos con las manos, porque así de grande era nuestra empresa».
Antes de apresurarse a realizar su examen final universitario, añadió: «Pero ahora que somos más grandes, simplemente hay más tareas y más responsabilidades en diferentes áreas».
«Todavía tenemos hambre».
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