Cuando su hermana pequeña se cayó a la piscina del patio trasero de su casa en Chiang Mai, en el norte de Tailandia, esta heroica niña de 3 años no perdió tiempo en gritar pidiendo ayuda. Su padre, que estaba barriendo las hojas de los alrededores, pudo salvar a la niña de ahogarse en el momento justo.
Ahora aprovecha la experiencia de su familia para instar a los padres a vigilar a sus hijos cuando estén cerca del agua.
Las hermanas Kana y Kaning Kanuengnit, de 3 y 2 años, estaban jugando alegremente en la piscina familiar con juguetes inflables el 25 de febrero cuando Kaning perdió el equilibrio. Cayó de lado a un metro y medio de agua; las grabaciones de seguridad de la casa registraron el aterrador momento.
«Yo estaba barriendo cerca de la piscina y mi mujer estaba cocinando en la cocina detrás de la casa», dijo a Newsflare el padre de las niñas, Apisit Kanuengnit, de 29 años, traducido del tailandés. «Mi hija menor llevaba un aro de natación inflable alrededor de la piscina, mientras que mi hija mayor solo jugaba cerca de la piscina. No teníamos prevista ninguna actividad en la piscina, así que no me di cuenta… No oí nada».
Sin embargo, Kana sí lo hizo. Tras quedarse en estado de shock durante un segundo, se dio cuenta de que su hermana pequeña estaba bajo el agua y no salía a la superficie por sí misma.
Empezó a llamar a gritos a su padre, que en ese momento estaba barriendo de espaldas a la piscina. Entonces corrió para llamar su atención.
Apisit dejó caer la escoba y se lanzó al agua sin dudarlo, poniendo a la niña a salvo. En su prisa por salvar a Kaning, Apisit se olvidó de pensar en su teléfono y otros objetos que llevaba en el bolsillo, pensando solo en la seguridad de su hija en ese momento.
Momentos después, la niña aturdida recuperó el aliento y empezó a llorar. Salió ilesa gracias a la rápida reacción de su hermana y de su padre ante el accidente.
Las imágenes de seguridad muestran a Apisit recuperando el teléfono empapado de su bolsillo solo después de sacar a Kaning del agua, y luego volviendo a centrar su atención en su hija.
Apisit reflexionó: «En parte es un error mío por ser descuidado, pero por suerte tengo una pequeña heroína: mi hija mayor… no saben nadar, pero están en el agua a menudo, así que saben un poco».
Tras enfrentarse a esta tribulación, ahora utiliza su historia como ejemplo para recordar a los padres que deben estar más atentos.
«No se puede apartar la vista, ni siquiera por una fracción de segundo, cuando hay niños y agua», dijo. «Quiero recalcar esto a los padres con niños pequeños y una piscina para que pongan una barrera alrededor de la piscina. Si no, que tengan siempre cuidado».
Con blusas a rayas iguales, las hermanas Kana y Kaning se unieron a su padre para ser entrevistadas por los medios de comunicación, ambas sanas, felices y sonriendo tímidamente tras recuperarse de su terrible experiencia.
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