Cuando un holandés salvó a una mujer de ahogarse frente a la costa de Goa, en India, ambos sintieron una conexión que ninguno esperaba.
Atravesando continentes y profundas diferencias culturales, el amor condujo al matrimonio y a un viaje que ha inspirado a otros a creer en la predestinación.
La instructora de yoga Nupur Gupta estaba en un intermedio de un retiro en Goa en febrero de 2019. Mientras flotaba en el Mar Arábigo, de repente se dio cuenta que había sido atrapada por una fuerte corriente.
Gupta trató de mantener la calma, pero cuando fue arrastrada bajo el agua varias veces, comenzó a entrar en pánico.
En ese momento apareció su héroe.
Un director financiero de origen húngaro, Attila Bosnyak, alumno del mismo retiro de yoga con otro instructor.
«Se acercó mucho a mí para tomarme la mano y sacarme, pero justo en ese momento fui arrastrada hacia el océano», dijo Gupta a CNN Travel.
Bosnyak se desplomó sobre un grupo de rocas, se lesionó y pidió ayuda a un socorrista, que nadó hacia la pareja y guio a Gupta hasta la orilla mientras Bosnyak nadaba.
Gupta se recuperó en poco tiempo, pero su héroe se había lastimado mucho la espalda, los muslos y los dedos. Preocupada porque Bosnyak había sufrido por ella, fue rápidamente a comprar desinfectante y un helado de chocolate, como agradecimiento.
«Hubo un clic en mi corazón en alguna parte», recordó. Mientras que Bosnyak, por su parte, lo calificó de un «momento mágico».
La pareja retomó el contacto durante la cena, y formaron un vínculo después de compartir su experiencia. Cuando llegó el momento de despedirse dos días después —Bosnyak regresaría a los Países Bajos, Gupta a Kerala— ninguno de los dos estaba preparado para decir adiós.
Así que ambos se quedaron en Goa una semana más, pasaron juntos el día de San Valentín y el cumpleaños de Gupta.
Finalmente se separaron, pero siguieron en contacto, chateando por Internet y continuaron conociéndose mutuamente.
Bosnyak sugirió hacer oficial la relación, y Gupta no dudó en decir que sí. Sin embargo, mientras planeaban reencontrarse a mitad de camino, en Dubai, la madre de Gupta se enfermó gravemente de un tumor cerebral.
Gupta voló a casa de su familia en Lucknow para apoyar a su madre durante la operación; e incluso Bosnyak tuvo una idea: si su amor se retrasaba, él iría con ella.
Se reunieron en el aeropuerto de Delhi y se desviaron a Agra para visitar el Taj Mahal, donde Bosnyak canalizó el romance intrínseco de ese antiguo palacio y se arrodilló.
Ella dijo que sí.
Gupta admitió que nunca había visto a su familia tan emocionada por conocer a un hombre. «Todo fue tan natural», dijo, después su madre salió de la operación y se recuperó estupendamente.
Las siguientes citas de la pareja fueron condicionadas por las restricciones de la visa india. Sin embargo, viajaban a Dubái, Serbia y Tailandia para verse, hasta que Gupta obtuvo su visa holandesa en septiembre de 2019.
Entre los paseos a Bosnyak en La Haya y los viajes para ver a su familia en Hungría, empezaron a compartir más tiempo. Aclimatarse como mujer india en el barrio holandés de Bosnyak fue «un cambio de 360 grados», dijo Gupta; la pareja eligió ver sus diferencias como una oportunidad para aprender en lugar de distanciarse.
El matrimonio fue «realmente natural», dijo Bosnyak. Ambos soñaban con una boda grande donde estuvieran todos sus amigos y familiares, pero la pandemia interrumpió sus planes; en cambio, organizaron una ceremonia privada en Trouwlocatie Groenmarkt, el antiguo ayuntamiento de La Haya, el 21 de marzo de 2020.
Vivir juntos como marido y mujer durante el cierre fue una «prueba de fuego», dijo Bosnyak. «Si uno puede hacerlo y mantener la felicidad, entonces esa relación es sólida como una roca».
Gupta intentó buscar trabajo sin éxito, pero luego decidió poner su propia empresa de yoga —Nupurna Yoga & Wellness— y creó un perfil en Internet con su experiencia en gestión empresarial. La llegada de un cachorro, Sukhi Ram, aportó alegría y, en verano, la pareja pudo escaparse a una tardía luna de miel en Grecia.
En el futuro, la pareja planea mudarse a Atenas, donde Bosnyak recibió una oferta de trabajo. También están pensando en formar una familia, y siguen encontrando la alegría en la magia que hizo que sus caminos se alinearan.
«Podríamos ser personas completamente diferentes, teniendo algunos recuerdos de ese accidente, pero pasamos nuestras vidas en lugares y culturas diferentes», dijo Bosnyak. «Realmente parece una relación enviada por el cielo».
«Hemos tenido mucha confianza y amor en todo momento», reflexionó Gupta, «y creo que por eso estamos juntos hoy».
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