Cuando un cariñoso esposo y padre de familia sufrió una lesión cerebral traumática en un accidente de moto, su familia se vio seriamente afectada. Sin embargo, la esperanza y la fe llevaron a su esposa a insistir a que lo mantuvieran con respiración asistida, a pesar del pronóstico y en contra del consejo de los médicos.
Hoy, el padre de dos hijas está de nuevo en casa, emprendiendo una rehabilitación gradual con un equipo de expertos de primera línea y una esposa que nunca se ha rendido.
Victorija Farnsworth, de Sídney, Australia, recuerda la llamada telefónica del 15 de junio de 2016 como si fuera ayer. Era el número de su esposo Paul, pero al contestar escuchó la voz de un policía.
«Me dijo que mi esposo había sufrido un accidente de moto y se dirigía al hospital», escribió Victorija, al compartir su historia en Love What Matters. «‘Probablemente solo sean unos cuantos moretones y rasguños’, pensé. Paul ya había tenido un accidente de moto».
Victorija asumió que Paul, un camionero, había acudido a una revisión rutinaria. Lamentablemente, se equivocó; él chocó con la rueda trasera de un pequeño camión que se cruzó en su camino cuando salió del trabajo en su moto a comer.
Los familiares de la pareja esperaron angustiados durante una operación de urgencia para tratar los daños en los órganos internos antes de poder acudir a su habitación.
«Su cuerpo yacía sin vida en la pequeña cama. Los monitores pitaban, los tubos salían de todas partes, el ventilador le ayudaba a respirar», dijo.
«Mi esposo durante siete años, con el que compartía dos hermosas niñas, estaba en estado crítico».
De regreso a casa, Victorija se derrumbó, orando a Dios para que salvara la vida de su esposo. Visitaba diariamente a Paul y les decía a sus hijas —Layla, de 5 años, y Sofía, de 3— que papá «estaba durmiendo mucho tiempo en el hospital para tratar de mejorar».
El alivio llegó con el ilimitado apoyo de familiares y amigos, las oraciones y los mensajes de esperanza de todo el mundo.
Sin embargo, en una reunión con los médicos de Paul llegaron noticias devastadoras. Victorija recuerda que le dijeron que su esposo «terminaría siendo un vegetal», y que le aconsejaron terminar con su soporte vital para que el hombre de 38 años pudiera morir naturalmente.
Victorija permaneció incrédula, pensando en la hermosa vida que compartían antes del accidente. Buscó la paz en la capilla del hospital y llamó a su amiga para pedirle un consejo. Las reconfortantes palabras de la amiga la convencieron de que Paul estaba luchando con todas sus fuerzas para mantenerse con vida; ese breve momento de paz la guio en el camino hacia un futuro esperanzador, y era todo lo que Victorija necesitaba escuchar.
Ella insistió en que Paul debía permanecer conectado a su ventilador, afrontado con la cabeza en alto las advertencias de los médicos sobre un duro camino por delante.
Paul pasó casi 18 meses en una unidad de rehabilitación de lesiones cerebrales, y una grave herida en la pierna duró casi un año en curarse. Pero después de una intensa rehabilitación, pudo regresar a casa con su familia.
Cinco años después, Paul no puede hablar y continúa tetrapléjico. Sin embargo, Victorija insiste en que lo entiende todo y celebra cada avance en el proceso.
«Paul emite sonidos con ejercicios de logopedia constantes», dice. «Se comunica con parpadeos, golpes de pie y sonidos vocales. Toma decisiones utilizando la mirada y los dispositivos de ayuda tecnológica».
La fisioterapia repetitiva es dura para Paul, dice. Pero puede ir a la playa, ir de pesca y de compras, asiste a la iglesia, ve a sus seres queridos y ve crecer a sus hijas, con la asistencia las 24 horas del día de un «equipo de apoyo a la discapacidad cuidadosamente seleccionado», dirigido completamente por su esposa.
Victorija dice que Dios la preparó para este viaje de muchas maneras. «Hay momentos en los que me siento agotada y rendida. Es duro ver a un ser querido sufriendo», dice.
«Tengo una gran fe en Dios: me ayudó a superar los peores momentos de mi vida. Sigue llevándome en los buenos y malos momentos y estaría perdida sin Él».
Victorija anima a los demás a que no den la vida por sentada: «Le prometí a mi esposo que le ayudaría a caminar, hablar, comer y reír de nuevo, aunque nos tome toda la vida lograrlo».
«Estoy muy orgullosa de mi esposo. Hoy estoy más enamorada de él de lo que creo que estaba el día de nuestra boda».
Victorija comparte el proceso de la rehabilitación de Paul con el mundo en una página de Instagram dedicada, The Care Factor.
Los grupos de apoyo en las redes sociales también han permitido a Victorija compartir con otras personas. Ella dice que sus consejos, historias y dificultades le dan «más conocimiento de las lesiones cerebrales que cualquier equipo médico ha logrado hacerlo».
«Quiero que la gente sea consciente, que sea amable y generosa, que tenga compasión, que ayude a los necesitados (…) aunque le resulte incómodo», dice. «Por encima de todo, ámense abundantemente».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.